En septiembre de 2015 publicamos una entrada sobre el artista británico Louis Wain. En 2021 se estrenó la película “Mr. Wain”, título español de “The Electrical Life of Mr. Wain”, que le catapultó a la fama por segunda vez, porque famoso ya lo había sido cuando vivía. No hablaremos de la vida de Louis Wain, para eso les remitimos a la entrada anterior (https://gatosyrespeto.org/2015/09/10/los-gatos-psicodelicos-de-louis-wain/). Esta vez nos limitaremos a su relación tan especial con los gatos.
El gato empezó a abrirse camino en Inglaterra durante la era victoriana, más o menos a mediados del siglo XIX. En general, se trataba mal a todos los animales, pero el gato, como ya sabemos, daba pie a un sinfín de supersticiones. El gato siamés fue responsable en gran parte del cambio de actitud de las clases altas británicas, así como Harrison Weir, al que debemos una entrada, organizador del primer concurso felino en 1871.
Louis Wain también luchó incansablemente para que se respetara a los animales, y sobre todo a los gatos. Sus primeras ilustraciones, publicadas por “Illustrated Sporting News” y “Dramatic News”, eran escenas bucólicas de ganado, mansiones, paisajes con pájaros y otros animales, pero nada de gatos.
Parece que eso cambió cuando Louis Wain y su esposa Emily, al poco de casarse, recogieron a un gatito blanco y negro en la calle al que llamaron Peter. El artista empezó a dibujar gatos inspirándose en Peter a petición de Emily, que ya por entonces estaba enferma. Se sabe que la primera serie fue “Fiesta navideña de gatos”, realizada en 1883, pero no se vendió hasta tres años después.
La pareja adoraba a Peter, y Louis Wain hizo cientos de dibujos de gatos, muchos de ellos con Peter de modelo, como dijo él mismo: “Le enseñé a Peter como si fuese un niño, y se convirtió en mi principal modelo y el pionero de mi éxito”. Pero al principio los dibujos no gustaron mucho, hasta que Sir William Ingran, director del periódico “Illustrated London News”, los descubrió y empezó a publicarlos.
Louis Wain no solo se dedicó a pintar gatos, también luchó incansablemente en su defensa. Poco a poco, Gran Bretaña empezaba a entender que los animales debían ser protegidos de los abusos. En 1887 fundó y fue presidente del “National Cat Club” (Club nacional del gato).
En una ocasión dijo: “Me esfuerzo en hacer desaparecer, de una vez por todas, el desprecio que se tiene en este país por el gato y elevar su estatuto más allá del compañero de la solterona a un lugar permanente en el hogar. He descubierto, después de años de investigación y estudio, que las personas que conviven con gatos en sus casas no padecen estos pequeños males habituales de la carne, es decir, todo tipo de molestias nerviosas. La histeria y el reuma tampoco entran en esos hogares y los amantes de los mininos suelen ser de lo más amables”.
Además de ocuparse del club antes mencionado, apoyaba a varias sociedades animalistas, como la “Antivivisection Society” (Sociedad contra la vivisección), “Society for the Protection of Cats” (Sociedad para la protección de los gatos) y la “Dumb Animal League” (Liga de los animales sin habla). Merece la pena mencionar que Gran Bretaña fue el primer país en aprobar un acta a favor del bienestar animal en 1822, “Acta para la prevención del tratamiento cruel e inadecuado del ganado”.
El fallecimiento de Emily a los 36 años – solo llevaban tres años casados – fue un golpe terrible para Louis Wain, y nunca se recuperó del todo; le invadió una melancolía que acabó convirtiéndole en un hombre irascible. Pero siguió cuidando de su querido Peter, quizá su único consuelo, y pintando gatos haciendo cosas de personas.
Sus gatos cantan, tocan instrumentos, cenan, bailan, beben, hacen deporte y, cómo no, celebran la Navidad a lo grande. Según el artista, tenía un método para plasmar a la gente en sitios públicos bajo la guisa de gatos: “Hay otra forma de dibujar a los gatos a la que recurro a menudo. Me llevo un cuaderno a un restaurante u otro sitio público, y dibujo a la gente como gatos, pero ciñéndome a sus características humanas. Me permite conferirles una naturaleza doble, y creo sinceramente que son mis obras más humorísticas”.
A los 30 años, Louis Wain estaba entre los ilustradores más conocidos de Gran Bretaña y Estados Unidos. Fue un dibujante incansable. Además de contribuir regularmente en periódicos y revistas, ilustró numerosos libros infantiles y realizó un sinfín de tarjetas de felicitaciones. A principios del siglo XX se cree que producía unos 600 dibujos nuevos cada año. Tiene en su haber dieciséis calendarios navideños que tuvieron un tremendo éxito.
Sus tarjetas se reproducían por millones, pero en 1907 había saturado el mercado. Uno de sus grandes errores fue olvidarse de los derechos de su obra, lo que le llevó a la ruina. Después de viajar a Estados Unidos, realizó varias series de figuras de animales en cerámica, sobre todo gatos, inspiradas en el movimiento cubista y futurista.
No obtuvieron la popularidad deseada en Inglaterra y, por desgracia, todo un cargamento destinado a Estados Unidos fue torpedeado por un submarino alemán. Una empresa checoslovaca se hizo con la producción, pero en muchos casos omitieron firmar las estatuillas.
En 1902, Louis Wain escribió el artículo “El gato doméstico” para el libro “The Living Animals of the World; a Popular Natural History with One Thousand Illustrations” (Los animales vivientes del mundo; una historia natural con mil ilustraciones).
Y empieza así: “Se sabe muy poco de la domesticación del gato, pero un documento habla de que se enseñó a varios gatos a buscar y traer pequeñas piezas de caza. Yo mismo he visto en numerosas ocasiones a gatos buscar y traer corchos e incluso periódicos a sus dueños”.
Un poco más adelante dice: “Observe a su gato y verá que cada equis días cambia de sitio para dormir. Y si encuentra un periódico en un lugar adecuado, se hará con él inmediatamente; también sienten una gran inclinación por las sillas con asiento de paja. Si tiene varios gatos, como es mi caso, descubrirá que suelen imitarse y que si uno tiene una costumbre, los otros no tardarán en hacer lo mismo”.
Sigue hablando de los diferentes colores de los gatos, y menciona a la gata carey, a la que considera “gata nacional de España, país donde abunda”. Menciona su gran inteligencia y sus maravillosos ojos de color ámbar; también hace hincapié en el hecho de que apenas se conocen machos carey… Y no se equivocaba.
En un largo párrafo explica que “mi viejo gato Peter era blanco y negro y, como la mayoría de su tipo, de una inteligencia notable. Sin embargo, poca gente creería lo que era capaz de hacer, algo que suele ocurrir con todos los gatos inteligentes. La mayoría de los gatos no se parecen, pero poca gente se molesta en fijarse en lo mejor de sus naturalezas”.
Sigue contando una de las hazañas de Peter: “Durante mucho tiempo, de noche, era habitual oír pasos delante de las habitaciones. Decidimos sorprender al supuesto fantasma, pero un rápido abrir de puertas solo llevaba a descubrir a Peter sentado en el rellano lavándose. Por fin conseguimos pillarle mientras levantaba la esquina de la alfombrilla a intervalos regulares hasta conseguir el efecto deseado, que se abriera la puerta del dormitorio”.
Louis Wain nació el 5 de agosto de 1860 y murió el 4 de julio de 1939.
Felices fiestas, amigas y amigos, con las felicitaciones de una persona que amó profundamente a los gatos.
Que maravilla de artículo y de blog, tan bien escrito y bien documentada. Es una delícia… Felicidades!
¡Muchísimas gracias por su felicitación! Esto nos anima a seguir.
Hermoso. Aún no vi la peli pero sus actores son un lujo. Wain figura en los libros de la historia del diseño gráfico, uno o dos párrafos, no conocía su trayectoria.
Louis Wain es un maravilloso dibujante con un enorme sentido del humor. Tampoco hemos visto la película, pero casi preferimos conservar la idea que nos hacemos de Wain.