La pintora, grabadora e ilustradora Norbertine Bresslern-Roth, nacida en Graz, Austria, el 13 de noviembre de 1891, no solo fue una conocida artista en Austria en su época, sino también muy admirada internacionalmente, y todavía hoy está entre los mejores pintores de animales del siglo XX. Representó todo tipo de animales – muchos de ellos no pertenecían al continente europeo –, y no podían faltar los gatos.
La información sobre la pintora es bastante escasa. Se sabe que fue criada por su madre y su tía en un hogar con pocos recursos. Muy pronto demostró una gran curiosidad por la naturaleza y pasaba largas horas observando a los animales. Ya en primaria, su maestro se dio cuenta de su talento artístico e intentó fomentarlo.
Entre 1907 y 1911 recibió una beca para la Landeskunstschule de Graz y, durante los meses de verano, para una escuela de pintura de animales cerca de Dachau dirigida por Hans von Hayek. Ingresó en la escuela femenina de Ferdinand Schmutzer. Impresionado con el trabajo de la joven, le abrió las puertas de su estudio en la Academia de Arte de Viena, ya que las mujeres no pudieron matricularse oficialmente en dicha academia hasta el año 1920. Fue galardonada con la Medalla de Plata de la ciudad de Graz en 1912, a la edad de 21 años.
Después de una exitosa exposición en la Wiener Secession (Secesión vienesa) – fundada por Gustav Klimt, entre otros – regresó a Graz y trabajó como artista freelance. En 1918, coincidiendo con el final de la I Guerra Mundial, una exposición en Graz la catapultó literalmente a la fama en.
Fue una de las primeras mujeres en interesarse por el proceso del linograbado, técnica en la que una hoja de linóleo se utiliza como matriz en lugar de un bloque de madera. Una vez grabada con un cincel, de extiende la tinta con un rodillo y se imprime sobre papel o tela. La artista no tardó en convertirse en una gran conocedora de la técnica, y sus grabados no solo se vendían en Austria, sino en Europa y Estados Unidos. Produjo unos 250 linograbados.
En 1919 se casó con Georg Ritter von Bresslern, que no dudó en dejar su puesto como funcionario para ayudar a su esposa en la fabricación de grabados. Además de pintar animales y dedicarse a los grabados, Norbertine también aceptaba encargos para retratos. Durante el periodo de entreguerras fue la pintora de animales más importante de Europa.
En 1928 viajó con su marido a Libia, algo que tendría mucha influencia en sus obras posteriores. Hizo numerosos dibujos de los animales que descubrió allí, y a su regreso, visitó parques zoológicos para pintar animales exóticos, incluso lémures.
Sin embargo, ya en 1921, había pintado el maravilloso “Cunaguaro” u ocelote, un animal nativo de América. A pesar de no haber estudiado en la universidad, en 1932 se le concedió el título de profesor.
Pero en 1933, el nacionalsocialismo ganó las elecciones y empezó a inmiscuirse en todo, especialmente en el arte, diferenciando de forma drástica entre el arte “degenerado” y el “arte del pueblo ario”. Los nazis no pudieron tachar la obra de Norbertine de degenerada, pero su marido era judío por parte de madre, y en 1938 fue apartada de la “Asociación de artistas femeninas austríacas”. Pasó muchas dificultades, pero jamás se adhirió a ninguna asociación tipo “Los artistas de Estiria”, lo que le habría ayudado a vivir algo mejor.
Durante ese periodo realizó varios cuadros alegóricos que más tarde fueron considerados una crítica al régimen imperante. Según la galería de arte Günter Eisenhut: “Pertenece al grupo de artistas que escogió un estilo de pintura ‘oculto’, una forma de resistencia cultural muy difícil de demostrar a posteriori, como reacción a los opresores”.
Tampoco se divorció de su marido, fallecido en 1952, como exigía el régimen nazi. Actualmente se la incluye en la resistencia cultural de la Anschluss o Anexión de Austria por Alemania.
Con el tiempo, Norbertine von Breslern-Roth se interesó cada vez más por el óleo. También pintó miniaturas de marfil y dibujó cartones para tapices. Ilustró varios libros infantiles escritos por ella misma, además de “Vida en los bosques”, del profesor Wüssteger; “Putzchen, vida de un gatito”, de Ines-Angelika Mosig Hans, entre otros, y libros escolares.
En 1951 fue nombrada presidencia honoraria de la Asociación Estiria de Arte, que había vuelta a ser autorizada. En 1952, meses antes del fallecimiento de su marido, inauguró una exposición en Graz visitada por más de diez mil personas.
Sus obras pueden verse en numerosos museos internacionales, como el Universalmuseum Joanneum de Graz, la National Gallery of Victoria de Melbourne, el Metropolitan Museum of Art y el Brooklyn Museum, ambos en Nueva York, y en colecciones privadas y galerías de arte.
Falleció en Graz, su ciudad natal, el 30 de noviembre de 1978, pocos días después de cumplir 87 años. Los cuadros que hemos encontrado abarcan desde los años veinte hasta los setenta. Por la forma de retratarlos durmiendo, tenemos la impresión de que en esta última década la pintora tuvo gatos.
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