Se dice que los gatos, los camellos y las jirafas tienen algo en común, por muy extraño que parezca: andan de la misma forma. Es decir, que echan hacia delante la pata delantera y trasera a la vez. O, si prefieren, la mitad lateral de su cuerpo se mueve hacia delante al mismo tiempo. Podemos dar fe de que, efectivamente, los gatos andan así, pero no hemos tenido la oportunidad de observar a jirafas y camellos tan de cerca, y tampoco hemos encontrado ningún artículo fehaciente al respecto.
Es cierto que impresiona ver con qué facilidad se mueve un gato y la velocidad que puede alcanzar en un abrir y cerrar de ojos. Pero ¿cómo corren los gatos y qué les hace ser tan veloces? La naturaleza “diseñó” a los gatos (y a todos los felinos) para cazar en solitario; al acechar y lanzarse sobre la presa, requieren rapidez y, consecuentemente, un tremenda potencia muscular.
Su forma de moverse hace que dos o tres patas toquen el suelo a la vez cuando anda, dependiendo de la velocidad. En general, la cola estará erguida y perfectamente alineada con la espina dorsal. Digamos que anda en cuatro movimientos. Pero si el gato acelera y va al trote, todo cambia, las patas opuestas y en diagonal tocan el suelo a la vez y realiza dos movimientos con su cuerpo.
Lo curioso es que cuando el gato echa a correr, lo hace en tres movimientos y hay momentos en que ninguna pata toca el suelo. Durante esta fase, llamada de suspensión única o doble, las patas traseras son las que le propulsan hacia delante.
Una de las patas traseras toca el suelo una décima de segundo antes que la otra, la parte trasera del cuerpo casi se mete debajo del pecho del gato y las patas traseras están casi pegadas a las delanteras cuando tocan el suelo creando la sensación de que da saltos. Los gatos reducen la resistencia del aire en la fase de suspensión con sus musculosos cuartos traseros y un impecable sentido del equilibrio.
Varios factores le ayudan a ser rápido: es digitígrado, anda de puntillas. Eso le hace más rápido y mucho más silencioso (también tiene garras retráctiles); su espina dorsal es sumamente flexible, otorgándole movimientos muy fluidos, y el hombro no está conectado al cuerpo mediante cartílago, sino por un músculo, permitiendo que se mueva mucho más libremente. La libertad de movimiento de la articulación del hombro felino corresponde a la de una articulación esférica, aunque la cabeza del húmero no tiene forma esférica.
La velocidad media de un gato doméstico lanzado a la carrera es de 32 kilómetros por hora, aunque depende de diversos factores, como la edad, la raza, la salud y la motivación. Es capaz de alcanzar los 48 kilómetros por hora en distancias cortas. Un gatito pequeño y un gato mayor no serán tan rápidos como un gato entre dos y cinco años de edad, cuando están en su plenitud.
La velocidad también tiene que ver con las razas. El Mau egipcio está considerado como el más rápido de todos, y ostenta el récord en el libro Guinness. También son muy rápidos los siameses, abisinios, bengalíes y Savannah, probablemente por ser gatos de patas largas y, casi siempre, de cuerpo muy esbelto.
En general, las razas más lentas son las de cara aplastada porque respiran con más dificultad, son más corpulentos y tienen las patas más cortas, como por ejemplo los Ragdoll, persas, Selkirk Rex, Raggamuffin, Scottish Fold. Excepto el gato persa, las demás razas han sido creadas recientemente, aunque también los Savannah.
No hemos encontrado mucha información acerca del gato común, pero se menciona la motivación a la hora de correr hablando de gatos callejeros y ferales. Huir de un depredador o tener éxito en la caza es esencial para su supervivencia, lo que les empujará a alcanzar velocidades máximas gracias a sus cualidades atléticas. Es obvio que un gato en una situación de vida o muerte siempre será mucho más rápido que el gato doméstico, que se pone a correr de golpe como un loco escaleras arriba y abajo sin razón aparente.
Los gatos son más rápidos que los perros en distancias cortas, pero estos tienen más resistencia. Es probable que en una carrera larga, el perro ganase al gato. Y, desde luego, los gatos son más rápidos que los humanos por tener pies digitígrados, mejor equilibrio, flexibilidad y también por usar sus garras como tracción. Usain Bolt, que corrió los cien metros en 9,58 segundos, no iba tan deprisa como un gato, por poco.
En cuanto a los felinos en general, el más rápido de todos es el guepardo (120 km/hora), seguido del yaguarundi (96,5 km/hora). A continuación viene un grupo formado por el león africano, el caracal, el lince, el puma y el serval (80,5 km/hora). No sabemos a qué lince se refieren porque, por ejemplo, el lince ibérico no va a más de 70 km/hora, pero el lince canadiense es más rápido…
La velocidad máxima de la pantera nebulosa y del leopardo de las nieves es de 64,5 km/hora; del ocelote, jaguar y leopardo, 60 km/hora. El gato pescador, es un poco más rápido que el lince rojo y el gato doméstico. Pero en este “ranking”, lo más curioso es que el gato del desierto y el tigre están a la misma altura en cuanto a velocidad, 40 km/hora. ¿Quién iba a pensar que el tigre estaría entre los felinos más lentos? Sabemos que pueden llegar a los 65 km/hora, pero solo durante 20 metros.















