El gato Manx ha inspirado varias leyendas que intentan explicar por qué no tiene rabo. Cronológicamente, son las siguientes: Cuando llegó el momento de que los animales subieran a bordo del Arca de Noé, la pareja de gatos de la isla de Mann estaban dormidos; se despertaron justo a tiempo, pero Noé ya estaba cerrando la puerta y les pilló el rabo. Se estima que el diluvio universal – según la Biblia – ocurrió hace unos 5.500 años, y se sabe que la isla de Mann ya estaba poblada en 6.500 a. C. Siempre y cuando Noé pasara por allí, y siempre y cuando ya hubiera gatos en la isla, cabe la remota posibilidad de que el gato manés perdiera su rabo por esta razón.

El gato sin rabo fue llevado a la isla entre 1.500 y 300 a.C. por barcos fenicios, que a su vez los habían encontrado en Japón y los utilizaban para librar a sus naves de roedores. Los fenicios eran grandes marineros, pero ¿hasta Japón?  También se dice que los vikingos fueron los responsables de introducir en la isla a unos felinos de pelo largo y sin rabo, dando pie a los Cymric, gatos maneses de pelo largo.

(c) 2006 TroyHamilton.com

Los maneses y los irlandeses no debieron llevarse bien en algún momento, porque la tercera leyenda apunta a que los invasores irlandeses cortaban los rabos de los gatos para usarlos a modo de decoración en sus cascos, y de tanto hacerlo, los gatos empezaron a nacer sin rabo.

En 1588, una nave de la Armada española encalló en unas rocas cercanas a la isla y los gatos “españoles sin rabo” nadaron hasta la orilla, se mezclaron con la población autóctona y así nació el gato Manx. Es curioso, pero no suelen verse gatos sin rabo en España.

En historiador llamado Joseph Train se dio cuenta en 1844 de que los gatos Manx se mueven como los conejos (en su opinión) y, ni corto ni perezoso, decidió que procedían de un cruce entre gato y conejo.

Sin embargo, la falta de rabo se debe a una mutación espontánea que se generalizó debido a la diversidad genética limitada de la biogeografía de la isla. La supresión del rabo, cuyo largo varía, no es la única característica de la raza, pero sí la principal. Aunque la mutación de la espina dorsal está causada por un gen dominante, no significa que todos los gatos Manx nacerán sin rabo. Los intentos pasados y presentes por criar auténticos Manx entre una hembra y un macho Manx sin rabo han tenido como resultado graves desórdenes genéticos.

El cruce entre un progenitor Manx y otro que no lo es, suele dar gatitos con rabos diferentes cuyo tamaño no aumentará después de su nacimiento y se clasificarán en cinco tipos según el largo. Entre los trastornos que puede producir una falta de rabo demasiado pronunciada está la reducción de la espina dorsal, dañando la médula espinal y las terminaciones nerviosas, además de producir problemas en los intestinos, en la vejiga y digestivos.

Tipos de rabo

La raza también está predispuesta a sufrir intertrigo del pliegue trasero, así como distrofia corneal. Los gatos sin rabo, no solo el Manx, también pueden desarrollar megacolon, con el consiguiente estreñimiento crónico que debe ser tratado. En otras palabras, una vez más el ser humano intenta “mejorar” una mutación espontánea en un animal para convertirlo en objeto de colección exhibido en concursos a pesar del daño físico infligido al animal. Cuanto más largo el rabo, menos problemas tiene el gato, pero hasta hace poco los criadores se esforzaban en criar gatos sin rabo.

Foto de 1949

El gato Manx no es el único gato europeo sin rabo. Existen en Cornualles, a unos 400 kilómetros de la isla de Mann; en la aislada península danesa de Reersø, quizá debido a la llegada de gatos Manx en barcos de pesca, y finalmente en Crimea, en el Mar Negro. Las noticias más tempranas sobre el gato Manx remontan a 1845; posteriormente, Harrison Weir, fundador de las exposiciones felinas, los menciona en 1889 en su libro “Our Cats”. Es una de las primeras razas reconocidas por la “Cat Fanciers’ Association (CFA), la más importante de Estados Unidos, fundada en 1908.

El Manx tiene potentes cuartos traseros que le convierte en un buen saltador con cierta tendencia a explorar rincones inesperados. Conocido por su inteligencia y amabilidad, también es un gran cazador de ratones. Por eso los pescadores le apreciaban y llevaban habitualmente en sus barcos.

Aunque no tiene nada que ver con gatos, queremos mencionar a otro mamífero que solo se cría en la isla, el espléndido borrego Loaghtan, de lana marrón oscura y una cabeza coronada por cuatro cuernos, incluso seis en ocasiones. Se cree que el Loaghtan manés es el pariente más cercano de la oveja de Jersey, famosa por su lana ya en tiempos medievales y cuyo nombre es sinónimo de suéter.

Loaghtan manés

Un recién llegado a la isla que parece haberse instalado con ganas es el ualabí de cuello rojo o ualabí de Bennet, un marsupial de tamaño mediano que se escapó del CurraghWildlife Park en los años sesenta y se ha adaptado al clima sin problemas. Al parecer, las llamadas a la policía local acerca de avistamientos de ualabíes han incrementado mucho en los últimos años. No es ninguna broma, en 2023, un estudio realizado con drones censó 563 ualabíes en la zona de Ballaugh Curraugh.

Ualabí en Mann (Enero de 2023)

Deja un comentario