Artur Bordalo, nacido en Lisboa en 1987, firma sus obras como Bordalo II en honor a su abuelo, el pintor Real Bordalo, con quien pasó largas horas en su estudio viéndole pintar paisajes de la ciudad con acuarela y óleos. A partir de los once años, cuando no estaba en el estudio de su abuelo, hacía grafitis con aerosoles.

En los tres años que estudió en la Facultad de Bellas Artes de Lisboa, descubrió la escultura y la cerámica, y experimentó con materiales muy diversos que le alejaron de la pintura propiamente dicha, razón por la que se había matriculado en la Facultad.

Tigre

Poco a poco se apropió del espacio público para cuestionar, a través de sus obras, el consumo excesivo de la sociedad actual, lo que resulta en una producción desmedida de basura que no siempre puede reciclarse y amenaza el ecosistema. Desde 2012, Bordalo II ha realizado más de 200 esculturas o murales de animales con más de 60 toneladas de materiales reciclados.

Bordalo II por Raymesh Cintron
Pantera (Sao Paulo)

Utiliza lo que la gente abandona y tira, neumáticos, placas de metal, plásticos, puertas, bidones, todo lo que encuentra. Su proyecto “Big Trash Animals” (Grandes animales basura) consiste en una serie de instalaciones en ciudades como Barcelona, Dresde, Hamburgo, Tallin y Lodz, donde está la mayor escultura de todas, una golondrina gigante en la fachada de un edificio. El proyecto, que empezó en 2015, siguió en Norteamérica y Latinoamérica.

León

Una de sus esculturas más famosas es el enorme lince ibérico de más de diez metros de altura instalado en el Parque de las Naciones en Lisboa, creado para la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud en 2019.  Un año después exhibió la obra “Lighted Jelly Fish” (Medusa iluminada) en el Edificio Europa de Bruselas durante la presidencia portuguesa de la Unión Europea. Actualmente, la obra forma parte de la colección de arte contemporáneo del Parlamento Europeo.

Lince (Lisboa)

En 2021 creó “Pingüinos de Magallanes” para el pabellón portugués en la Expo 2020 de Dubái. En julio de 2022 expuso en Singapur. Ese mismo año realizó su primer mural en Texas, un puma de 20 metros de largo en la fachada lateral de un edificio.

El puma Lorenzo (El Paso, Texas)

Pero Artur Bordalo no ha dedicado ninguna escultura  a los gatos domésticos, solo a los gatos grandes, salvajes. Suponemos que, desde el punto de vista de un activista ecológico, el gato doméstico no representa a la naturaleza amenazada. Pero, por una vez, hacemos una excepción porque algunas de sus instalaciones, esculturas y murales nos parecen realmente sorprendentes, sobre todo el lince ibérico de la Plaza de las Naciones.

Instalación del lince (Lisboa)

La primera vez que se sirvió de un material considerado como basura fue cuando un profesor de la facultad le dijo que su dibujo parecía tener ganas de salirse de la página y decidió usar el plástico que envolvía sus pinceles para aumentar el efecto. Lo que más le sorprendió fue que funcionó, el dibujo salió de la página. Sus murales e instalaciones han evolucionado técnicamente con el tiempo. Para empezar, ya no trabaja solo, tiene un equipo, lo que nos parece lógico dado el tamaño de la serie “Big Trash Animals”.

Lince (Lisboa)

Cada vez utiliza más trozos de plástico muy coloridos que le permiten pintar menos y mantener los colores vivos mucho más tiempo. También ha descubierto métodos para incluir otros objetos a sus obras con el fin de hacer más patente su mensaje. En una entrevista realizada el año pasado dijo: “Con ‘Big Trash Animals’ intento que la gente se dé cuenta mediante una imagen de la asombrosa cantidad de basura que producimos y que gran parte de esa basura puede reutilizarse incluso antes de reciclarla o tirarla. También espero comunicar una sensación de urgencia con mi trabajo”.

Bordalo II, por Miguel Portelinha

Hemos sacado la siguiente frase de otra entrevista: “La raza humana siempre me sorprende, no siempre de forma positiva, pero es mi inspiración. Suelo escoger a un animal que corresponde a la ciudad donde voy a colocarlo, y la pared, el espacio del que dispongo decide cómo será el mural”.

Una vez que la idea cobra forma en su cabeza, Artur Bordalo y su equipo se desplazan a los basureros más cercanos, buscan fábricas abandonadas y visitan empresas de reciclaje. Al cabo de unos días consiguen reunir una ecléctica selección de guardabarros, trozos de metal, plásticos de todo tipo, neumáticos y electrodomésticos que desmontarán. Explica que el proceso puede describirse como una mezcla entre una planificación de lo más metódica y la improvisación más absurda.

Tigre (Los Ángeles)

“Tenemos un objetivo concreto desde el principio, y para alcanzarlo debemos planificarlo todo con mucha precisión, pero siempre hay espacio suficiente para la libertad y la improvisación. Por ejemplo, los colores se escogen a medida que avanza el trabajo, nunca de antemano”.

Pantera (Miami)

Añade que siempre le sorprende ver que los niños captan el mensaje casi inmediatamente y suelen explicárselo a sus padres. “Reproduzco imágenes de la naturaleza, concretamente de animales, y los construyo con lo que les mata: desechos, basura, desperdicios, todo lo que contamina. Espero que cuando la gente ve que mis obras están hechas con materiales que tiramos, se de cuenta de que nuestro modo de vida va camino de destruir el planeta”.

Tigre de plástico

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