Nacido Cornelis Theodorus Marie van Dongen el 26 de enero de 1877 en Delfshaven, actualmente un barrio en el extrarradio de Róterdam, Holanda, el pintor está considerado como uno de los principales representantes de los fovistas con Henri Matisse. Es conocido sobre todo por sus retratos femeninos de formas sensuales.

1912

El peculiar estilo de Kees van Dongen, trazos casi ingenuos y  fuerte colorido, se puso muy de moda al acabar la Primera Guerra Mundial, y la figura femenina delgada, de labios muy rojos, se convirtió prácticamente en su firma. Pero no solo pintó mujeres al óleo, también paisajes a la acuarela y un sinfín de dibujos. Asimismo, algún gato que otro, aunque no muchos.

Kees van Dongen en su estudio

A fuerza de buscar, hemos encontrado una carta del pintor dirigida a una señora desconocida fechada un 1 de octubre, pero sin año, que nos demuestra que Kees van Dongen tenía gatos. En la carta habla de cinco – ¿los gatos dibujados en el margen izquierdo de la carta? – que, según él, son de la misma camada. Al parecer, la señora era una amiga suya interesada en esos gatos. El pintor añade una posdata en la que le pregunta si prefiere gatos o gatas.

Todo esto nos lleva a creer que Van Dongen debía tener una gata en su inmenso taller y que esta había tenido gatitos. En la esquina inferior derecha dibujó un gato enfrentándose a un perro. El gato tiene el lomo arqueado, el pelo erizado, el rabo muy tieso; sin embargo, el perro parece más bien joven y dispuesto a jugar. Con unos cuantos trazos sencillos plasma a la perfección la actitud de ambos.

Ilustró el libro de poemas “Las flores del mal”, de Charles Baudelaire, que incluye un poema titulado “Los gatos”, cuyos primeros dos versos dicen así: “Los fervientes amantes y los sabios austeros/aman por igual, al llegar a la época de madurez/a los gatos poderosos y suaves, orgullos del hogar,/frioleros como ellos, sedentarios como ellos”.  “Amigos de la ciencia y de la voluptuosidad,/buscan el silencio y el horror de las tinieblas;/Erebo los habría escogido como fúnebres mensajeros/si a la servidumbre pudieran entregar su orgullo”.

Henri de Montherlant, famoso autor coetáneo suyo, le pidió que hiciera algunos dibujos para la publicación de “Les lépreuses” (Las leprosas), cuarto tomo de “Les jeunes filles” (Las jovencitas), en una edición limitada a 390 ejemplares. Entre otras litografías, Kees van Dongen le entregó esta representando a un gato y un perro al parecer en un salón de la época.

Creció en el seno de una familia burguesa y se interesó por el arte a temprana edad. Dejó los estudios a los 12 años para trabajar con su padre, dueño de una importante fábrica de cerveza, y empezó a ir a clases nocturnas de dibujo. A los 16 años ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de Róterdam, donde se enamoró de otra alumna, Juliana Augusta Preitinger, a la que todos llamaban “Guus”. En esa época solía recorrer el “barrio rojo” y el puerto de la ciudad, conocido por sus burdeles, que le inspiraron los dibujos naturalistas publicados en un periódico local.

Firmado por Kees van Dongen y Léonard Foujita
Van Dongen y Foujita (1930)

Hizo su primer viaje a París en 1897 y se quedó varios meses. Volvió definitivamente en 1899 con unos cuantos ahorros para vivir con Guus en la Butte Montmartre. Se casaron en 1901 y tuvieron dos hijos; el mayor murió a los dos meses de nacer. Su hija Dolly nació en 1905. Según la autora y coleccionista de arte estadounidense Gertrude Stein, también afincada en París, más o menos en esa época Van Dongen le hizo un retrato a Fernande Olivier, e insiste en que ese retrato le catapultó a la fama.

En el libro “La autobiografía de Alice B.Toklas” añade: “Van Dongen no reconoció que el retrato de Fernande, a pesar de que había posado, lo que enfrió mucho su relación. Entonces Van Dongen era pobre, tenía una mujer holandesa vegetariana y se alimentaban de espinacas. A menudo escapaba de las espinacas a un tugurio en Montmartre donde las chicas le invitaban a cenar y a beber”.

El flautista

Guus viajó a Holanda con Dolly en 1914. No pudo regresar a Francia hasta 1918 debido a la guerra. Un año antes, Van Dongen había empezado una relación con Léa Alvin, una mujer casada de la alta sociedad y directora de una casa de moda con la que estuvo diez años. Guus y Kees se divorciaron en 1921.

Gato jugando con calas

Pero efectivamente, los comienzos del pintor en la capital francesa no fueron un camino de rosas; en 1903 estuvo a punto de abandonar la pintura. El artista Théophile Steinlein, (que dibujó cientos de gatos y al que dedicamos una corta entrada hace casi nueve años https://gatosyrespeto.org/2014/11/25/steinlen-el-dibujante-de-gatos/), le ayudó a encontrar trabajo como dibujante para varias revistas satíricas.

Mujer sobre fondo blanco, 1912

Poco después, el famoso marchante Ambroise Vollard (https://gatosyrespeto.org/2018/04/26/un-gato-sin-nombre-y-el-marchante-ambroise-vollard/) le invitó a participar en el Salón de los Independientes y al año siguiente expuso en el famoso Salón de Otoño con Henri Matisse, Maurice de Vlaminck y otros. Empezó a tener algo más de dinero y pudo mudarse al Bateau-Lavoir, un destartalado edificio en el que vivían varios artistas, entre ellos el joven Picasso, que apodó a Van Dongen “el Kropotkin del Bateau-Lavoir” por sus reconocidas inclinaciones anarquistas.

1901

En 1910, gracias al apoyo de la prestigiosa galería Berheim-Jeune, empezó a disfrutar de un verdadero éxito comercial, lo que le permitió viajar Italia, España y Marruecos. Quedó muy impresionado por su visita a Andalucía, sobre todo por la música y el baile flamencos, que influyeron en sus obras durante la década siguiente.

Mujer con gato, 1908

No tardó en mudarse a Montparnasse, un barrio más elegante, y en hacerse ver en los salones de moda. Trabó una gran amistad con el modisto Paul Poiret y con una excéntrica heredera italiana, la marquesa Luisa Casati. Organizó fiestas locas en su estudio de la calle Denfert-Rochereau. Parece ser que cuando Guus y Dolly por fin regresaron a París después de la guerra, se negó a verlas…

La modelo Geneviève posando para el cuadro Salomé

Abandonó las tendencias anarquistas en los años treinta, un año después de haberse nacionalizado francés. Tenía 63 años cuando conoció a Marie-Claire Huguen, una mujer mucho más joven con él con la que tuvo un hijo en 1940. Al cabo de un año, estando Francia bajo el yugo nazi, Arno Brecker, escultor oficial bajo el III Reich, invitó a Van Dongen a realizar un viaje propagandístico por Alemania con otros artistas, entre los que estaban André Derain y Maurice de Vlaminck.

La lectora

Pagó caro su error y tardó unos años en recuperar el beneplácito de críticos y compradores, lo que le obligó a volver a trabajar como ilustrador durante un tiempo. En 1959 se compró una casa en Mónaco donde vivió el resto de su vida con su mujer e hijo. En 1967, el Museo de Arte Moderno de París le hizo una retrospectiva para celebrar su noventa cumpleaños. Falleció en su casa el 28 de mayo de 1968.

Mujer con siamés y perro

Un comentario sobre “Gatos fovistas y Kees van Dongen

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