Michael McGrath es un pintor estadounidense nacido en 1977. Actualmente vive en el pueblo de Rhinebeck, situado en el Valle del Hudson, a unos 150 km al norte de Nueva York. Le interesa el misticismo, la mitología, la magia y la religión plasmándolo en sus cuadros desde una perspectiva naíf mediante gatos, gatos/murciélago, zorros, caballos, manos y extraños personajes.
También aparece alguna que otra calavera y algún fantasma como referencia al Más Állá. A menudo los rostros representan a dioses, deidades e incluso difuntos porque, según él: “Si hubiese dioses, fantasmas y seres mágicos, existirían en la naturaleza, en el paisaje que nos rodea; no se limitarían a estar en el cielo, también habitarían en la tierra, los árboles, las rocas y los animales”.
Desde gatos dentudos, pasando por cuervos guardianes, a plantas antropomorfas y rostros incorpóreos, la obra de McGrath se acerca mucho a los trabajos de pintores llamados “primitivos” llenos de simbolismo. Combina varios materiales, como grafito, pintura al óleo y óleos en barra, tinta china y pinturas acrílicas sobre una amplia variedad de superficies, entre ellas la madera, el lienzo y el yute.
Entre los pintores que más le han influido menciona a Peter Doig (17 de abril de 1959) y a la sueca Mamma Andersson (28 de febrero de 1962), artistas autodidactas como Henry Darger (1892-1973) y William Hawkins (1895-1990), así como Jim Henson (1936-1990), cineasta, ilustrador y titiritero creador de los Muppets.
Desde muy pronto se sintió fascinado por el diseño, sobre todo de portadas de discos y publicidad en revistas como Spin y Thrasher. Se licenció en Ithaca College, estado de Nueva York, en Bellas Artes y Diseño Gráfico. “Nunca tuve la paciencia de aprender las técnicas clásicas, y tampoco se me daban muy bien”, reconoce el pintor. “Por eso me centré en los collage o en obras tridimensionales durante un tiempo hasta que decidí retomar la pintura con dedicación plena”.
Hablando de su obra dice que nunca se plantea la pregunta “¿Por qué estamos aquí?”, la sustituye por otra “¿Dónde es aquí?” En apariencia sencillos, sus cuadros invitan a comunicar con lo desconocido aunque, según él, “tampoco muy en serio”. Y añade: “Los adultos nos tomamos muy en serio, demasiado en serio”.
Muchos artistas plásticos, actores, escritores y músicos viven en pueblos cercanos. Conoce a algunos, pero no está muy conectado con el mundo artístico vecino. Cuenta que vivió en Boston durante 16 años y que no conocía a ningún artista allí. Pintaba en el sótano sin enseñar sus cuadros a nadie, ni siquiera se consideraba un artista. Hasta que regresó a Nueva York y empezó a conocer a personas que se presentaban como artistas, no empezó a sentirse lo bastante seguro como para decir que pintaba. Aun así, tardó algo más en enseñar lo que hacía.
Michael McGrath dice que trabaja intuitivamente, pero que tiene un idioma visual propio que reutiliza constantemente: “Intento que cada obra incluya muchas emociones. Algunas pueden empezar yendo a sitios oscuros o quizá sirvan de metáfora de algo real, no sé, algo que ha pasado, un temor, pero casi siempre acabo añadiendo algo feliz o humorístico”, explica. “En el pasado intentaba oponerme a eso porque me parecía que nadie se tomaría el cuadro en serio, que solo sería una ilustración, pero con el tiempo me siento cada vez más cómodo con mis obras. No es inmediato, ocurre al cabo de unas semanas o meses, cuando he tenido tiempo de reflexionar sobre lo que he hecho”.
Sin seguir un proceso estricto, puede empezar en un lienzo colocado en un caballete o algo mucho mayor extendido en el suelo. “No sé cómo será el cuadro cuando lo acabe, no tengo una visión predeterminada, solo un tema general, una historia. A veces, la composición aparece rápidamente, todo encaja, pero lo habitual es que vuelva a pintar varias veces algunas zonas del cuadro hasta sentir que está bien”.
Michael McGrath es dueño de una agencia de diseño con un socio y no tiene mucho tiempo para pintar. Reconoce que no suele hacerlo de día, sino de noche, cuando su familia duerme y no hay distracciones: “Suelo trabajar en varios cuadros de tamaños muy diferentes al mismo tiempo. A veces dejo la pintura y utilizo lápices de colores en paneles de abedul”.
Expuso por primera vez en junio de 2021 en la galería Betsy Jacaruso de Rhinebeck y la última vez desde diciembre de 2024 a enero de 2025 en Copenhague. En esos cuatro años – para ser exactos, tres años y cinco meses – su obra se ha podido ver unas cuarenta veces en exposiciones individuales y colectivas en ciudades como Bruselas y Lenningen, Alemania (2021), Pekín, Shanghái y Londres (2022), México (2023), Seúl, Pekín y Shanghái (2024), sin contar California, Nuevo México, Nueva York, etcétera…
Nos ha sido totalmente imposible descubrir si Michael McGrath y su familia tienen gatos.


















