Odio los lunes

Famoso por adorar la lasaña y odiar los lunes, Garfield fue creado por Jim Davis, nacido el 28 de julio de 1945 en una pequeña granja en Marion, Indiana. Su padre criaba ganado, concretamente vacas negras Angus, y su madre tenía veinticinco gatos. De niño, Davis padecía asma y no podía salir durante los meses de primavera y verano; dibujaba para entretenerse y descubrió que le gustaba.

Nunca he conocido una lasaña que no me gustara

Después de licenciarse en la universidad, trabajó en una agencia de publicidad durante dos años en el estado de Indiana. En 1973 empezó a dibujar una tira cómica titulada “Gnorm Gnat”, es decir, el mosquito Gnorm, un insecto con un sentido del humor de lo más acerbo, cuyo amigo, Freddy la mosca de la fruta, no se quedaba atrás.

Jim Davis en enero de 2021

Diálogo entre Gnorm y Freddy: “Hola, me llamo Freddy, la mosca de la fruta. La esperanza de vida de la mosca de la fruta es de una semana. Me gustaría quedarme a charlar, pero no tengo tiempo”. Gnorm: “¿Una semana? Qué pena”. Freddy: “No te creas, tiene ventajas. El índice de divorcios es bajísimo”. El diario Pendleton Times publicó la tira cómica de 1973 a 1975. Jim Davis intentó venderla a otros periódicos sin éxito. Recuerda que un editor le dijo que los dibujos y los chistes eran buenos, pero que nadie se identificaba con insectos.

Fue cuando decidió estudiar otras tiras cómicas para ver qué animal podría ser más aceptable. Descubrió que los perros iban por muy buen camino, pero no había ningún gato famoso en los suplementos dominicales. Al haber crecido con veinticinco gatos, pensó que podría crear una estrella felina llamada Garfield. Al principio, la tira se llamó Jon, por el humano que alimenta a Garfield. Se publicó por primera vez en el Pendleton Times el 8 de enero de 1976, dos semanas después del entierro de Gnorm el mosquito.

Estoy descontrolado.
¿Qué otra locura puedo hacer ahora?

Jim Davis no solo basó Garfield en los gatos de su madre. Debe su nombre y su personalidad al abuelo del viñetista, James A. Garfield Davis, un cascarrabias de gran tamaño. Garfield vive con Jon, a quien le gusta comer tanto como a él, y con Odie, un perro lleno de entusiasmo, energía y alegría, al que no pasa ni una. La tira no se llamó “Garfield” hasta septiembre de 1977.

Odio los cambios.
No solía hacerlo.
Pero he cambiado.

El 2 de marzo de 1978, el Pendleton Times publicó las últimas viñetas del gato glotón y malhumorado después de que Davis firmara un contrato con el United Feature Syndicate (el mayor servicio de redifusión de Estados Unidos), que lanzó la tira el 19 de junio de 1978 en 41 diarios. Después de un periodo de prueba, el Chicago Sun-Times decidió abandonar a Garfield, pero las protestas de los lectores obligaron al periódico a restablecerla. Está claro que nos identificamos más con gatos que con insectos.

Las mañanas no me van

Garfield no tardó en convertirse en un éxito. Tres años después de su lanzamiento a escala nacional, ya lo publicaban 850 periódicos y había vendido más de 15 millones de dólares en merchandising, por lo que Jim Davis fundó la empresa “Paws Inc.” (Patas Inc.). Al cabo de un año aparecía en más de mil diarios. En 2002 era la tira cómica más publicada en todo el mundo con 2.570 periódicos y 263 millones de lectores. En 2004, la venta de merchandising alcanzó los mil millones de dólares en 111 países.

Además de Garfield, protagonista absoluto, gato gordo y vago como ninguno, obsesionado por la comida (sobre todo la lasaña), adicto al café y dado a ponerse a régimen periódicamente, capaz de manipular a todos los que le rodean para conseguir lo que quiere, también están Jonathan Q. Arbuckle, su sufrido humano, y el perro Odie.

-¿Por qué aúlla Odie a un globo?
-Porque hoy no hay luna.

Jon cree ser el dueño de Garfield y suele describírsele como un friki bastante torpe que nunca consigue salir con la chica de sus sueños, aunque  parece que se ha echado novia, la veterinaria de Garfield. Jon quiere de verdad al gato y su amor es correspondido, tal como lo demuestran los diálogos de esta viñeta. Jon: “Ojalá pudieras entender mis palabras, Garfield, te diría que te quiero”. Garfield: “Entiendo lo que sientes, yo también te quiero”.

Jon no está de acuerdo con la actitud pasota de Garfield e intenta interesarle en el mundo que le rodea mediante algún que otro comentario filosófico recibido con una respuesta sencilla, lúcida y cortante. Garfield sabe que puede hacer lo que quiere con Jon y se aprovecha de él sin dudarlo. 

Un compañero habitual es el perro Odie, un Beagle de largas orejas que tiende a salivar mucho. Era la mascota de Lyman, el compañero de casa de Jon, pero cuando fue retirado de la tira, Jon le adoptó. Se supone que Odie es algo más joven que Garfield; es ingenuo, alegre, cariñoso y completamente incapaz de darse cuenta de lo retorcido que puede llegar a ser Garfield a pesar de que le tire regularmente de la mesa de la cocina. Por ejemplo, Garfield le dice: “Odie, juraría que hoy has crecido unos 15 centímetros”, y Odie alza la pata más de la cuenta.

Otro compañero menos habitual es el gatito Nermal, que se considera el gatito más mono de todos los gatitos. Garfield no le soporta. Un día, Jon trae a Nermal a casa y dice: “Mira, Garfield, mis padres se van durante una semana y vamos a cuidar de Nermal”, a lo que Garfield contesta: “Despiértame dentro de una semana”.

Con el paso del tiempo, el aspecto de Garfield evolucionó. De un gato rechoncho que siempre estaba acostado, pasó a poder andar sobre sus patas traseras y a estar algo más delgado. El cambio ocurrió más o menos en los años 80 y, según Jim Davis, se debió a que así Garfield podía dar patadas a Odie y coger la comida con más facilidad.

-Aquí estoy yo, Nermal, el gatito más mono del mundo.
-¿Por qué crees que eres el gatito más mono del mundo?
-Muy sencillo. Todos los gatitos son monísimos hasta que crecen y se vuelven gordos y feos.
-No me hacía falta oírlo.
-Digo las cosas tal cual, chato.

A pesar de su edad, 46 años a punto de cumplir 47, Garfield sigue de moda. En 2024 se estrenó la película de animación “Garfield: La película”, donde se ve obligado a dejar su cómoda vida en compañía de Odie y unirse a su hasta entonces desconocido padre para dar un golpe. No hemos visto la película, pero sinceramente, no nos imaginamos a Garfield molestándose en hacer algo, legal o ilegalmente, que no sea comer o dormir.

-Hola, soy Nermal. Soy monísimo y tú no. Soy joven y tú no.
-Me siento bien y tú no.

En una entrevista de hace menos de un año, Jim Davis habló del éxito de Garfield: “Vivimos en una época en que nos hacen sentir culpables por no hacer ejercicio, por dormir y comer más de la cuenta, pero a Garfield le da igual. Le gusta vivir así y no se disculpa. Hace lo que le parece sin preocuparse del qué dirán. Creo que eso gusta a los lectores, es como si sujetase un espejo ante todos con un giro lleno de humor”.

Jon, me preocupas

2 comentarios sobre “Un gato cascarrabias, Garfield

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