Charles Frederick Tunnicliffe, un pintor naturalista conocido internacionalmente por sus representaciones de pájaros y animales de la fauna británica, nació en una granja el 1 de diciembre de 1901 en Macclesfield, condado de Cheshire, Inglaterra. Era hijo de William Tunnicliffe, que trabajaba de aparcero cuando nació Charles, aunque era de profesión zapatero, y de Margaret. Pasó los primeros 19 años de su vida en la granja que llevaba su padre en Sutton, donde pudo observar a todos los animales que la poblaban.
En 1916 ingresó en la Escuela de Arte de Macclesfield hasta que consiguió una beca para estudiar en el Royal College of Art de Londres. Se licenció como profesor de dibujo y obtuvo otra beca para especializarse en Grabados en la misma escuela. Una vez acabados los estudios, permaneció en Londres para trabajar como aguafuertista y grabador.
Regresó a Macclesfield en 1928, ganándose la vida principalmente con encargos procedentes de la industria granjera. Durante su estancia en Londres conoció al escritor Henry Williamson cuando este le pidió que ilustrara su famosa novela “Tarka la nutria”, a la que siguieron “Salar el salmón” y otros seis títulos. El pintor ilustró numerosos libros de autores con paisajes, animales domésticos y salvajes, flores del campo, escenas de granja y de la vida en el campo.
También aceptaba encargos de revistas y realizó un sinfín de maravillosos dibujos de aves. Ilustró “tarjetas de té” (postales que se incluían en los paquetes de té, ahora muy codiciadas por los coleccionistas) para la famosa empresa Brooke Bond, que los niños y adolescentes del Reino Unido apreciaban especialmente en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
Como pintor, su trabajo se caracterizaba por la precisión y la exactitud, pero también porque plasmaba a las aves tal como se veían en la naturaleza en vez de limitarse a realizar estudios rígidos carentes de movimiento. Sus obras pueden verse, entre otros lugares, en el Museo de Arte de Dallas, en el Museo de Arte David y Alfred Smart de la Universidad de Chicago y en la Galería de las Artes de Manchester.
Además de los pájaros que le hicieron famoso, hemos podido encontrar unos catorce gatos entre pinturas y grabados, a cual más bonito. No sabemos si Charles Tunnicliffe tuvo gatos, pero casi podríamos asegurar que convivió con un siamés, ya que más de la mitad son retratos del mismo gato en el campo. Además, hay dos lienzos de un gato atigrado con estola blanca al que llama “Gato ratonero”, que quizá fuera suyo también.
Se casó en 1929, poco después de dejar Londres, con Winifred Wonnacott (24 de junio de 1902 – 27 de junio de 1969), una irlandesa de Holywood, una pequeña ciudad cercana a Belfast, a la que había conocido en el Royal College of Art. A principios de los años cuarenta aceptó un puesto de profesor de Arte en un instituto de Manchester.
Solía pasar las vacaciones con su esposa en Anglesey, una isla del País de Gales. Acabaron mudándose allí definitivamente a una casa llamada “Shorelands”, en Malltraeth, en el estuario de Afon Cefni, donde permaneció hasta su muerte el 7 de febrero de 1979. Quizá el gato siamés y el gato ratonero convivieron con el matrimonio en esa casa.
A partir de marzo de 1953 pintó muchas portadas para la revista Bird Notes (Notas de aves), publicada por la Real Sociedad Protectora de Aves (RSPB). En 1995, la sociedad vendió 114 de sus dibujos en una subasta de Sotheby’s por un total de 210.000 libras; el cuadro de una perdiz alcanzó las 6.440 libras.
Al morir el pintor sin dejar claro cuál debía ser el destino de sus obras, hubo cierta controversia, hasta que gran parte de su colección personal fue entregada al Ayuntamiento de Anglesey con la condición de que permaneciera junta y que fuera accesible al público. Actualmente puede verse en el Oriel Ynis Môn (la galería de Anglesey en gales) cerca de Llangefini. La escuela primaria Hollinhey de Sutton, construida en parte en los terrenos de la granja donde creció, organiza un concurso anual de arte en su memoria.
Charles Frederick Sunnicliffe se dio a conocer por sus cuadros de animales, a los que debía amar profundamente para retratarlos de esta manera. Se sabe que era un trabajador incansable y que disfrutaba pintando. Tuvo una producción enorme. También se le recordará por su generosidad, modestia y amabilidad. Fue nombrado caballero del Imperio Británico en 1978.
















