Edouard-Marcel Sandoz, nacido en Basilea (Suiza) el 21 de marzo de 1881, era hijo de Marcel

Sandoz, fundador de la empresa química y, posteriormente, farmacéutica Sandoz. Después de estudiar Química durante tres años en la Escuela de Artes Industriales de Ginebra, se trasladó a París en 1904 e ingresó en la Escuela de Bellas Artes. Sus maestros fueron el escultor Antonin Mercié y el pintor Fernand Cormon, entre otros. Se casó con Adèle Passavant en 1909 y la pareja no tardó en instalarse en el barrio de Montparnasse. Expuso en numerosos salones, lo que contribuyó a darle notoriedad.
Sus aficiones eran muy diversas: pintura, decoración, ingeniería, física, química (se interesó sobre todo por los tintes) y los inventos (se le debe un sistema de proyecciones luminosas para teatro), pero su gran pasión era la escultura y en especial, la de animales. En una ocasión dijo: «El arte debe interesarse por el amor, la naturaleza y la ciencia».
Durante la Primera Guerra Mundial, al ser cada vez más difícil obtener materiales como la piedra y el bronce, se decantó por la cerámica y se puso en contacto con los hermanos Théodore y William Haviland, entonces directores de una de las más importantes manufacturas de porcelana de Limoges. La colaboración entre los tres duró más de treinta años, hasta 1952, durante los que realizó numerosas representaciones animales. Además de gatos, la fábrica de porcelana Haviland produjo monos, aves, conejos, perros, peces y sus famosos zorros del desierto a partir de moldes diseñados por Sandoz. Entre los artículos más vendidos había cajas, frascos, botellas y otros objetos útiles de porcelana.



Sus esculturas de animales se caracterizaron en un principio por líneas estilizadas con tendencias geométricas influenciadas por el cubismo, pero poco a poco fueron sustituidas por un estilo más naturalista, sobre todo para los pájaros y peces, basado en un estudio riguroso del animal mediante acuarelas y dibujos. Su catálogo incluye más de 1.800 esculturas, además de unos 200 modelos para porcelanas. Realizó algunas esculturas de la forma humana, pero sentía una clara predilección por reproducir a los animales. Era un experto en la fundición de bronce y le interesaban las aleaciones y las pátinas muy trabajadas.


Una de sus características era la concepción de objetos prácticos como lámparas, relojes, bandejas, sujetalibros, pisapapeles e incluso tapones de radiadores de automóviles. Sus fuentes son a menudo edículos bastante complejos en los que integra a los animales en una estructura más amplia.
Entre sus esculturas de mayor tamaño destacaremos «La encrucijada de la vida» (1967), actualmente en el jardín del Museo Oceanográfico de Mónaco. También están «La fuente de los monos» (1934), en el Parque Denantou de Lausana, o «La primera cabalgata de Baco» (1960), en Vevey.

Fue miembro del Consejo de administración de Sandoz, S.A. desde 1932, así como presidente y director general de Sandoz France desde 1941. En 1935 se convirtió en uno de los accionistas y fundadores de la empresa de papel fotográfico Tellko, S.A. en Friburgo. Colaboró en dos ocasiones con el arquitecto Jean Tschumi en el Pabellón Nestlé de la Exposición Universal de París de 1937 y en la construcción de los laboratorios Sandoz en Orléans.
Está en la cúspide de los artistas animalistas del siglo XX con François Pompon y Rembrand Bugatti. Su amor por los animales es palpable en sus obras y se dice que llegó a tener varios gatos, perros, peces y aves viviendo en su taller, además de un mono e incluso un guepardo.

Ocupó la presidencia de la Asociación Baron Taylor durante más de treinta años, dirigió la Sociedad Benéfica de Hijos de Artistas y apoyó activamente la fundación de la Cité des Arts de París. Fue elegido miembro de la Academia de Bellas de Artes de París en 1947, además de ser condecorado con la Legión de Honor francesa y de ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Lausana en 1959. Fundó la Sociedad Francesa de los Animalistas en 1933.
Era hermano del escritor, compositor y coleccionista Maurice Yves Sandoz, nacido en Basilea en 1892 y fallecido en Lausana en 1958, que también estudió Química antes de decantarse por las artes.
Después de documentarnos sobre la vida de Edouard-Marcel Sandoz, no deja de sorprendernos la dualidad de este hombre que se entregó a las artes mientras dirigía una importante filial de una de las mayores empresas farmacéuticas del mundo, hoy en día conocida como Novartis. Falleció en Lausana el 20 de marzo de 1971.