William Burroughs con Ginger

Unos meses después de empezar este blog, el 9 de febrero de 2014, publicamos una pequeña entrada acerca de William S. Burroughs y el afecto que sentía por los gatos. En 1992 salió a la venta «The Cat Inside», un pequeño libro donde el autor habla de los gatos que se cruzaron en su vida. En España se tradujo como «Gato encerrado», un título de tono más jocoso que el original. Creemos que en inglés se refiere más al gato que llevamos dentro, al que se hace un hueco dentro de nosotros.  La primera edición estaba ilustrada por Brion Gysin, gran amigo de William Burroughs e inventor de la técnica literaria «cut-up» o de recortes, muy usada posteriormente por el escritor.

Senshu
Victor Bockris y William Burroughs (septiembre de 1990)

Pero William Burroughs no siempre tuvo gatos. Se codeó con ellos durante su estancia en Ciudad de México, Tánger y Argel, incluso les dio de comer, les puso nombres y entraban en su casa. Probablemente hubiera gatos en su infancia, pero la auténtica relación no empezó hasta 1982, en la primera casa que alquiló en Lawrence, Kansas. El escritor cuenta en el libro que veía una fugaz sombra grisácea, dejaba comida en el porche cada noche y por la mañana el plato estaba vacío. Y añade: «No recuerdo exactamente cuándo entró Ruski por primera vez en casa. Recuerdo estar sentado en una silla cerca de la chimenea, la puerta estaba abierta, y me vio desde unos quince metros, corrió hacia mí emitiendo unos grititos que nunca había oído en otro gato, saltó a mi regazo, empujándome con la cara, ronroneando y colocando sus patitas en mi rostro, diciéndome que quería ser mi gato. Pero no le oí». «The Cat Inside» es un desgarrador poema de amor a los gatos que pasaron por la vida del autor, Ruski, la gata Calico Jane (llamada así en honor a Jane Bowles), el Gato Blanco, Fletch, Ed, Wimpy, Spooner, redactado como una especie de diario. Incluimos fotografías de algunos de ellos y también del supermercado Dillon’s – abierto desde las 7 de la mañana hasta medianoche -, donde les compraba la comida.

Roger Holden, en una entrevista realizada por Yony Leyser (autor de la película «William Burroughs: The Man Within») y publicada en la revista Vice el 1 de octubre de 2012, cuenta que también vivía en Lawrence y había realizado un vídeo musical titulado «Rub Out the World» en honor al escritor, que no mostró un gran entusiasmo. Sin embargo, acabaron convirtiéndose en grandes amigos. Compartían el amor por los gatos y un gran interés por los ordenadores. Ambos colaboraron en una serie de estereogramas en 3-D que se expuso en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles en 1996.

Alimentando a los peces con Spooner

Antes de entrevistar a Roger Holden, Yony Leyser cuenta una anécdota que merece citarse. Burroughs fue un fiel lector de la revista gatuna Cat Fancy durante años y guardaba cientos de números en su biblioteca. En mayo de 2010, trece años después de su muerte, James Grauerholz, el agente del autor, escribió a la revista ofreciéndoles que publicaran un artículo sobre su representado. En la carta, después de decir que el genio artístico de Burroughs se veía ensombrecido a menudo por su adicción a las drogas, su homosexualidad y el hecho de que había matado accidentalmente a su mujer en Ciudad de México estando los dos borrachos e imitando a Guillermo Tell, explicaba que «de todas las locas historias que poblaron su vida, la mejor (y más secreta) fue la última: encontró el amor y la redención antes de morir a través de sus gatos». Pero la oferta no tentó a los editores de la revista.

Portada con dibujo de Brion Gysin

 

Una portada de The Cat Inside

 

Otra portada

En los tres años y pico que llevamos con este blog, nunca habíamos tenido la ocasión de escribir la palabra CONTINUARÁ…  La semana próxima publicaremos parte de la entrevista a Roger Holden.

 

William Burroughs con Spooner

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