Romare Bearden no solo fue un artista, escritor, defensor de las artes, trabajador social, humanista y compositor, sino también un amante de los gatos. Se le conoce sobre todo por sus collages en los que a menudo describía escenas de la comunidad afroamericana.
Fue un artista prolífico, pero no hay muchos cuadros suyos con gatos, y estos suelen estar bastante escondidos a pesar de que fueron muy importantes en su vida y en la de su esposa, Nanette Rohan. Tuvieron cuatro gatos, tres de ellos con nombres ilustres algo transformados: Mikie, en honor a Miguel Ángel; Rusty, por el legendario héroe persa Ibn Rustom, y Tuttle, por Tutankamón. El cuarto, Gippo, quizá fue el más querido de todos y, desde luego, el que más viajó.
En 1967, Gippo acompañó al pintor y a su esposa de viaje al Caribe, tal como Romare Bearden le contó a Henry Ghent en una entrevista realizada en 1968: «Bueno, tenemos un gato, y no sabíamos dónde dejarle, así que decidimos llevarlo con nosotros. Cuando acabó el crucero, Gippo se había convertido en la mascota del barco, y no quería poner pie a tierra porque durante el viaje le daban casi medio kilo de hígado de ternera cada día. Claro que en algunas de las islas, como en Barbados por ejemplo, no podía entrar por la cuarentena que imponen a todos los animales. Era feliz a bordo del barco».
Y sigue diciendo: «Es un gato muy guapo. Pronto cumplirá seis años. Sus rayas son perfectamente simétricas. Le encontramos en el bosque cuando era muy pequeño y debe de haber algo de gato salvaje en él. Tardó unos seis u ocho meses en acostumbrarse a la casa, pero ahora es feliz, se ha apoderado de mi estudio, es suyo».
En otro momento de la entrevista, hablando de las numerosas fotos suyas con Gippo, comenta: «Siempre le digo a mi mujer que hubiera debido enseñarle a Gippo a posar; se habría convertido en la estrella de los anuncios de comida felina. Es tan bello que habría sido un modelo perfecto. Además, le encanta que le hagan fotos».
Gippo fue el primer gato de los Bearden en hacer un crucero y ser tratado a cuerpo de rey, pero no el último. En los años siguientes, el matrimonio viajó a menudo al Caribe con todos sus gatos. Se cuenta que, en una ocasión, dos de ellos incluso tuvieron un camarote propio. Los Bearden compraron una segunda residencia en la pequeña isla de Saint Martin, mitad francesa y mitad holandesa, donde pasaron varios meses al año hasta 1980. Sus gatos, claro está, les acompañaban.
Romare Howard Bearden nació el 2 de septiembre de 1911 en Charlotte, Carolina del Norte. Su familia se trasladó a Harlem, Nueva York, cuando apenas sabía andar. Empezó a estudiar en la Universidad Lincoln, antes de trasladarse a la de Boston y, finalmente, a la de Nueva York, donde se matriculó en dibujo. De 1935 a 1937 fue el principal dibujante humorístico del semanario «Baltimore Afro-American».
A pesar de haber realizado dos exposiciones en solitario, por primera vez en Harlem en 1940 y en Washington DC en 1994, ambas con gran éxito, no pudo vivir de la pintura hasta entrados los sesenta. Desde mediados de los años treinta hasta entonces trabajó en los Servicios Sociales de Nueva York, dedicándose casi exclusivamente a los gitanos, un pueblo al que llegó a conocer muy bien y a admirar profundamente.


En 1954 se casó con Nanette Rohan, cuya familia procedía de Saint Martin. Entre sus amigos contó con artistas y músicos como James Baldwin, Stuart Davis, Duke Ellington, Langston Hughes, Ralph Ellison, Joan Miró (al que llevó a un partido de béisbol en Nueva York), George Grosz, Alvin Ailey y Jacob Lawrence.
Fue el primer director artístico del Consejo Cultural de Harlem, una organización de defensa de los derechos de los afroamericanos creada en 1964. Participó en la creación de varios centros artísticos, como The Studio Museum, en Harlem, y la Cinque Gallery, dedicada a apoyar a jóvenes artistas procedentes de minorías. También fue uno de los miembros fundadores de la Academia Negra de las Artes y las Letras en 1970 y miembro del Instituto Nacional de las Artes y las Letras desde 1972.

Se le considera uno de los artistas visuales más creativos y originales del siglo XX. Experimentó con medios y estilos diferentes, pero quizá se le conozca sobre todo por sus magníficos collages, que aparecieron en las portadas de las revistas Time y Fortune en 1968. Asimismo, diseñó vestuarios y decorados para el Alvin Ailey American Dance Theater y para el Nanette Bearden’s Contemporary Dance Theater.
Falleció el 12 de marzo de 1988 a la edad de 76 años en Nueva York. Un amigo suyo dijo de él que había vivido nueve vidas (ya se sabe que en los países anglosajones los gatos tienen nueve vidas) todas en una.


Dos años después de su muerte se creó The Romare Bearden Fundation, una organización sin ánimo de lucro dedicada al legado artístico del pintor. Hace poco ha empezado a desarrollar programas de becas para jóvenes artistas emergentes.