
John Cage no solía llamarse a sí mismo compositor, sino «inventor». Estudió música con Arnold Schoenberg, a quien en una entrevista le preguntaron si alguno de sus alumnos le había parecido interesante y contestó, al cabo de unos segundos: «Había uno, John Cage, pero no era un compositor, sino un inventor… genial».
John Cage tal vez fue el compositor más significativo, innovador y controvertido del siglo XX, un pionero del indeterminismo en la música, de la electroacústica y del uso de instrumentos poco habituales. Asimismo, jugó un importante papel en el desarrollo de la danza moderna a través de su relación con el coreógrafo Merce Cunningham. En una de las composiciones que le hicieron famoso, 4’33», el músico o los músicos no hacen nada durante 4 minutos y 33 segundos (https://www.youtube.com/watch?v=Oh-o3udImy8). Pero al contrario de lo que se cree, el contenido de la composición no es el silencio, sino los sonidos de ambiente que oye el público durante ese tiempo. También estuvo entre los primeros en utilizar el «piano preparado», cuyo sonido se altera mediante la colocación de objetos entre las cuerdas y los martillos.

Influido por las culturas del este y sur de Asia, estudió filosofía hindú y budismo zen en los años cuarenta, lo que le llevó a pensar en la música aleatoria o controlada por el azar. Empezó a desarrollarla en 1951 después de leer el libro oracular chino I Ching, que usó a partir de entonces como herramienta de composición. No sorprende que sus teorías y obras no siempre fueran bien recibidas en la época. En los cincuenta y sesenta, muchos le tacharon de bromista, charlatán y anarquista. Durante la presentación de Eclipticalis With Winter Music por la Filarmónica de Nueva York en 1964, una tercera parte del público salió de la sala y algunos músicos le silbaron. Pero no fue nada comparado al monumental enfado del público en 1913 durante el estreno en París de La consagración de la primavera, de Stravinsky.
John Cage dijo en una entrevista: «Hago lo que me parece necesario. Y esa necesidad surge de mi sentido de la invención, intento no repetir lo que ya conozco». Compuso todo tipo de música para todos los instrumentos imaginables, y algunas de sus obras incluyen sonidos de radios, de juguetes, de alguien bebiendo agua o cortando verduras.
Nació el 5 de septiembre de 1912 en Los Ángeles y pasó parte de su infancia en Detroit antes de regresar a California. De pequeño estudió piano con su tía Phoebe, pero desde muy joven quiso ser escritor. A principios de los treinta recorrió Europa durante dos años, y mientras estaba en París trabajó para el arquitecto Erno Goldfinger, que le presentó a Marcel Duchamp y a otros dadaístas. Compuso sus primeras piezas pianísticas durante una visita a Mallorca. De regreso a California, trabajó como jardinero y cocinero, además de dar conferencias de arte moderno en colegios.

Estudió con Arnold Schoenberg en 1934 y 1935 en Nueva York, donde conoció a la artista Xenia Andreyevna Kashevaroff, de la que se enamoró perdidamente. Se casaron el 7 de junio de 1935 en el desierto de Yuma y se fueron a vivir a California. Desde allí, se trasladaron a Seattle y posteriormente a Chicago para dar clases en la Escuela de Diseño e intentar formar una sociedad de música experimental. Ante la imposibilidad de realizar este sueño, se mudaron a Nueva York, y vivieron en el piso de Max Ernst y Peggy Guggenheim. Como había dejado sus instrumentos de percusión en Chicago, empezó a componer en el piano preparado obras muy apreciadas por diversos coreógrafos, entre ellos Merce Cunningham, que acabaría siendo su compañero sentimental hasta su muerte. John Cage se divorció de su esposa en 1945.

Poco a poco, a partir de los años cincuenta, empezó a darse a conocer con sus composiciones «del azar». Daba conferencias y conciertos en Europa y Japón con sus colaboradores de música electrónica y con la Compañía de Danza Merce Cunningham. Enseñó música experimental en la Universidad Wesleyan, institución que publicó su primer libro, Silence, en octubre de 1961. Entre las cientos de obras que compuso, cabe destacar cinco óperas, todas ellas llamadas Europera (de la I a la V).

Pero además de la música, John Cage tenía otras dos pasiones, las setas y un gato negro llamado Losa. Se sabe que tuvo otro gato negro antes de Losa, llamado Skookum, pero un operario que arreglaba algo en su piso le dejó escapar. El compositor se lo tomó tan mal que un amigo suyo llegó a decirle que quizá debía volver «a la escuela zen». Losa, de nombre completo «Losa Rimpoche Taxi Cab», y John Cage disfrutaban asustando a las visitas primerizas. Losa se movía por el ático con una caja de cartón que John Cage le ponía encima y el/la invitado/a exclamaba inevitablemente: «¡Tiene miedo, no puede salir!» Pero Losa, al cabo de un rato, alzaba el borde de la caja, salía de debajo y lanzaba una mirada desdeñosa a la visita antes de retirarse a un lugar tranquilo.
En cuanto a las setas, era una afición que le venía de lejos. En 1959 dio una primera clase sobre la identificación de setas y hongos con el horticulturista Guy Nearing en la New School de Nueva York. Parece ser que la costumbre se consolidó y que el banquete anual de los participantes incluso llegó a las famosas páginas culinarias del New York Times. De viaje por Italia en los sesenta participó en un concurso llamado Lascia o Raddoppia (Doble o nada) y como tema escogió las setas. Ganó el primer premio de 10.000 dólares con los que se compró un piano y una furgoneta Volkwagen para la compañía de danza de Merce Cunningham. Cofundó la Sociedad Micológica de Nueva York con algunos de sus alumnos de la New School.
Falleció de un infarto el 12 de agosto de 1992. Merce Cunningham murió por causas naturales en julio de 2009, 17 años después de John Cage.

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