Mitsuaki Iwago es un conocido fotógrafo y cineasta japonés nacido en Tokio el 27 de noviembre de 1950, hijo del también fotógrafo de animales salvajes Tokumitsu Iwago. Empezó a interesarse en serio por la fotografía después de acabar la universidad, y desde entonces se ha convertido en uno de los mejores fotógrafos de animales del mundo. En 1981 fue galardonado con el prestigioso premio de fotografía Kimura Ihei por su trabajo en 海からの手紙 “Cartas desde el mar”.
Es el primer fotógrafo japonés con dos portadas en la revista National Geographic (mayo de 1986 y diciembre de 1994). En 2012 creó el programa de televisión 岩合光昭の世界ネコ歩き(Diario de viaje con gatos del mundo de Mitsuaki Iwago), en el que aparecía fotografiando gatos por doquier.
Hablando de gatos, y habla mucho de ellos, hace tiempo dijo: “Aunque ahora fotografío a muchos animales de todo tipo, los primeros animales que fotografié fueron gatos. Por eso les tengo tanto cariño. Incluso esos gatos que llamamos ‘callejeros’ tienen diferentes expresiones y lenguaje corporal de un lugar a otro. En pueblos pequeños donde la gente es tranquila y se hace todo con calma, los gatos también serán tranquilos”.
Y seguía diciendo: “En lugares donde hay muchas cuestas y todo el mundo va más lento, los gatos tampoco se dan prisa. Es más, si hay calles donde no caben los coches, lo más seguro es encontrarse a un gato tumbado en medio. Cuando se saluda a estos gatos relajados, suelen contestar con gran amabilidad”.
En septiembre de 2011, Juju Kurihara, en el blog Iromegane, contó una divertida anécdota acerca de Mitsuaki Iwago y de un reportaje en África para National Geographic de la que fue testigo. Todo el equipo estaba acampando en un parque natural cuando, temprano por la mañana, un elefante muy malhumorado empezó a acercarse.
La mayoría se subió a los vehículos y huyó, excepto un cámara y Mitsuaki Iwago, que acababa de ducharse y se estaba afeitando. El elefante llegaba a toda prisa, barritando y moviendo las orejas. En ese momento, el fotógrafo salió de la cabaña de las duchas con una toalla atada a la cintura y se plantificó delante del elefante.
Con la cara medio cubierta con espuma de afeitar, empezó a gritarle y el elefante se detuvo de golpe, dejó de barritar, se dio media vuelta y se alejó. Bastó con que Mitsuaki Iwago le regañara para que un elefante de cinco toneladas se fuera cabizbajo. El autor concluye diciendo que si puede detener a un elefante, no le extraña que los gatos acudan a él.
Preguntado por qué le gustan los gatos, contestó: “Porque son libres. Los gatos pueden vivir con los seres humanos, pero no llevan correa. Los gatos son maravillosos y perfectos”. A continuación hemos traducido partes de una entrevista realizada en 2011 para la exposición “La fotografía animal de Mitsuaki Iwago” en el Museo Municipal de Kawasaki, donde compartió sus métodos y secretos para hacer fotos perfectas a los gatos.
Acerca de qué equipo utilizar, dijo lo siguiente: “Basta con un buen teléfono móvil, pero es necesario acercarse al gato, por lo que recomendaría una cámara réflex digital de objetico único (DSLR) para el exterior. Si se trata de fotografiar al gato de casa, es mejor usar una cámara pequeña y dejar que el gato se familiarice con ella. No es bueno usar el flash – el pelo parecerá duro – ni tampoco un trípode, por la altura. Cuando fotografío gatos, me arrodillo para estar a su mismo nivel, como si me arrastrara hacia una pelea felina”.
También recomienda empezar a fotografiar al amanecer, sobre todo en primavera. “Aunque los gatos son criaturas nocturnas, se han adaptado a los horarios de los humanos y se despiertan cuando empieza el día; salen de las casas y se detienen inmediatamente para sentir el viento y saber qué tiempo hará hoy. Deciden sus movimientos a partir de este momento”.
En cuanto a encontrar gatos, según Mitsuaki Iwago, basta con “escuchar atentamente, abrir bien los ojos y concentrarse en olfatear en cuanto se entra en un callejón. Al hacer esto, no se utilizan tanto los sentidos humanos como los sentidos ‘gatunos’. Los humanos también somos seres vivos y tenemos la habilidad de oler y leer el aire que nos rodea”.
Según él, fotografiar gatos negros es lo más difícil. “Un elemento clave son sus ojos. Con los gatos negros es mejor que se el fotógrafo se mueva y encuentre el lugar ideal. Para que el gato sea tridimensional, hay que tener muy en cuenta la luz, pero el gato negro siempre debe salir negro. Los gatos negros son maravillosos y muy inteligentes, los adoro. Los gatos son muy conscientes de su color. Los gatos negros y los blancos absorben la luz de forma diferente, y por eso se mueven de modo diferente. Los gatos negros tienden a descansar en sitios con sombras”.
Está claro que a Mitsuaki Iwago le gustan mucho los gatos, pero también que a los gatos les cae muy bien y que están encantados de dejarse fotografiar, como puede verse por algunas de las imágenes incluidas aquí. Ha publicado más de diez libros de fotos gatunas, de los cuales los más famosos quizá sean “Gatos y leones”, “Gatos curiosos” y “Stand by Meow”.
El año pasado, entre febrero y marzo, se celebró en el Museo de Arte de Ehime una exposición de la obra del fotógrafo centrada en las fotos de gatos realizadas en el castillo de Matsuyama y el templo Ishite de la Prefectura de Ehime. Mitsuaki Iwago lleva años recorriendo el mundo para inmortalizar a gatos desconocidos, a cual más espléndido