Todo empezó una fría noche en Shanghái el año 2012. Wu Hongli abrió la puerta trasera de la oficina donde trabajaba y se encontró con una gata blanca que no tuvo ningún reparo en que la cogiera en brazos. A la media hora, la gata, a la que llamó Blancanieves, ya disponía de un refugio improvisado, de comida y agua. Para Wu Hongli – que empezó a hacer fotos a los 19 años – estaba claro que la había adoptado.

Wu Hongli

Al día siguiente, la gata reapareció con un gatito, y al cabo de unos días se había instalado con cuatro más. En palabras del fotógrafo: “Era obvio que se sentía segura con mis compañeros de trabajo y conmigo, y decidió traer a su progenie”. Wu Hongli, como cualquier otro padre orgulloso, hizo fotos de la gata y de su camada.

No tardó en recorrer las calles menos transitadas, los callejones y plazoletas de Shanghái en busca de gatos. No se trataba solo de alimentarlos, sino de hacerles fotos. El hobby se tornó pasión, hasta el punto de abandonar su profesión de diseñador visual para convertirse en fotógrafo de gatos.

Ha realizado 80.000 fotos de gatos en las calles de unas veinte ciudades de China en los últimos ocho años. Tiene más de tres millones de seguidores en la red social Sina Weibo, y el 27 de noviembre de 2022 inauguró una exposición de sus fotografías felinas en Shanghái.

Hace tres años, en concreto el día de Año Nuevo chino, publicó una colección de fotografías de gatos saltando en tejados titulada “Saltando de 2019 a 2020”, y más recientemente, el libro “Gatos de las cuatro estaciones”, el paso siguiente al calendario de 2020 con 400 fotos. Ese mismo año había publicado otro libro con unas cien fotos de gatos realizadas en Pekín, muchas de ellas en la Ciudad Prohibida y en los hutong (las callejuelas de la gran ciudad).

Ciudad Prohibida

Los gatos de Wu Hongli no siempre están limpios porque la mayoría son callejeros que deben buscarse la vida y, a veces, comer es más importante que acicalarse. En muchas ocasiones, el fotógrafo sitúa a los protagonistas en un paisaje, dejándonos adivinar dónde están, como los dos gatos blancos y negros de la Ciudad Prohibida.

Ciudad Prohibida

El trabajo de Wu Hongli implica mucha paciencia y recorrer kilómetros andando. Una de sus fotos más famosas fue hecha en noviembre de 2017 en Nankín, en la provincia de Jiangsu, al este de China. Ese día seguía la muralla de Nankín, construida por la dinastía Ming, pero hasta el atardecer no le sonrió la suerte. Un poco más adelante vio cuatro cabezas asomar por un agujero en la muralla: tres gatos blancos y un anaranjado. Se arrodilló y los fotografió iluminados por los rayos del sol a punto de desaparecer.

Nankin

Para conseguir la atención de los modelos, pasa horas en la calle intentando acercarse a ellos. “Suelo llevar latas, hierba gatera e incluso juguetes que hagan ruido para atraer su atención. Cada gato es distinto y reacciona según su carácter. Algunos se muestran totalmente indiferentes, mientras que otros reaccionan como niños malcriados”.

Sigue diciendo: “Los gatos se adaptan a las ciudades y son diferentes según en qué ciudad viven. Me gusta fotografiarlos con su particular telón de fondo, la arquitectura, la comida, la gente con la que conviven”.

En enero de 2018 fotografió por primera vez los gatos de la Ciudad Prohibida y allí conoció a cinco de ellos, a los que describió como “felinos reales”. Regresó en noviembre de ese año y los cinco gatos se le acercaron para saludarle, como si se acordasen de él.

Ciudad Prohibida

Aprovecharemos para decir que hace ya muchos siglos que los gatos son “protectores oficiales” de la Ciudad Prohibida. Durante la dinastía Ming (1368-1644) se creó una oficina dedicada al registro y cuidado de los gatos residentes en el palacio imperial. En la dinastía Qing (1644-1911), esto se amplió para incluir el nombre y origen de cada gato. Es muy probable que los modelos de Wu Hongli sean descendientes de estos primeros ocupantes. Actualmente, el personal de la Ciudad se ocupa de su alimentación y cuidado.

Ciudad Prohibida
Ciudad Prohibida

El fotógrafo tiene una meta: fotografiar gatos en todas las ciudades de China, Lhasa incluida. “Quiero demostrar que los gatos cambian de expresión, de humor, y que muchos posan para mis fotos”.

Wu Hongli nació en un pueblo de Anji, un condado perteneciente a la provincia de Zhejiang, al este de China, conocido por su bosque de bambú, donde se rodaron varias escenas de la película “El tigre y el dragón”, de Ang Lee. Se licenció en la Universidad Jia Tong de Shanghái como diseñador visual e ingeniero informático.

Su familia apreciaba más a los perros, pero en 2012 recogió a un gato callejero al que llamó Bomba, y cinco años después a una gata, La Bruja. Ambos viven ahora en Anji con su madre, ya que los continuos viajes le impiden ocuparse de ellos.

Se dio a conocer poco a poco en las redes sociales y uno de sus seguidores se puso en contacto con él, ofreciéndole la posibilidad de promocionar sus fotos. En otras palabras, de convertirse en algo como su socio y agente. Varias protectoras chinas le han encargado fotografías para concienciar a la gente acerca de la protección animal.

Wu Hongli dice que uno de sus fotógrafos favoritos es el estadounidense Walter Chandoha (https://gatosyrespeto.org/2018/08/16/gatos-fotos-y-walter-chandoha/), fallecido el 11 de enero de 2019 a los 99 años. Fotógrafo desde temprana edad, acabó dedicándose casi por completo a los gatos.

El joven fotógrafo acaba diciendo: “No hay que darse prisa con un gato; ellos tienen un horario propio. Solo queda esperar el momento adecuado, el ángulo perfecto y pulsar el disparador”.

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