Siempre se ha hablado de la clarividencia de los animales domésticos y de granja, sobre todo para predecir tormentas. De todos los animales domésticos, el gato parece tener más fama que los demás a la hora de mostrar algún tipo de intuición “sobrenatural”, aunque probablemente no tenga nada de raro para el gato y sea de lo más natural.

Empezaremos con una historia notable que nos dio a conocer la página británica https://www.purr-n-fur.org.uk/famous/faith.html, auténtico tesoro de hechos y anécdotas acerca de los gatos. En 1936, una gata delgada y hambrienta apareció en la iglesia de Santa Agustina y Santa Fe de Londres; a pesar de los esfuerzos del sacristán para echarla, la gata se empeñó hasta convencer al padre Henry Ross de que debía adoptarla, y la llamó Faith.

Faith

Pasaron los años, y en agosto de 1940 dio a luz a un solo cachorro al que llamaron Panda. El 6 de septiembre, Faith hizo entender al párroco que quería dejar la comodidad del segundo piso y mudarse a una especie de hueco húmedo en el semisótano donde se instaló con su gatito. El padre la subió tres veces con Panda, pero volvía a bajar. El 8 de septiembre, el padre Ross tuvo que hacer un recado en un barrio alejado y esa noche no pudo volver debido a un tremendo bombardeo sobre Londres. Empezaba el periodo del “Blitz”.

Al día siguiente, a su regreso, descubrió que la iglesia había sido destruida por una bomba. Los bomberos le dijeron que nada ni nadie había podido sobrevivido. El tejado amenazaba con derrumbarse, pero el padre Ross se adentró entre los escombros y empezó a llamar a Faith. Al cabo del rato, oyó un tenue maullido y la encontró bajo un montón de hojas de música, alimentando a Panda. Faith fue la fiel compañera de Henry Ross hasta su muerte el 28 de septiembre de 1948 cuando tenía unos 14 años. Panda fue adoptado por una residencia de ancianos.

Lo curioso de esta historia es que el primer Blitz sobre Londres se produjo el 7 de septiembre, pero Faith se refugió en el sótano un día antes. Faith no fue el único caso en ese periodo. Mucha gente se salvó haciendo caso a sus gatos y perros, que corrían a refugiarse horas antes de que una bomba cayera sobre sus casas.

Ha corrido mucha tinta sobre los gatos capaces de recorrer decenas (e incluso cientos) de kilómetros para regresar a un lugar. En un sinfín de anécdotas se cuenta que un gato que se coló en un coche consiguió volver a su casa al cabo de meses. No son invenciones, son hechos probados. ¿Cómo consiguen encontrar el camino? De momento, nadie lo sabe. Al poco de empezar este blog, publicamos un caso que se hizo famoso en Estados Unidos (https://gatosyrespeto.org/2015/02/17/holly-una-gata-viajera/).

Holly, la gata viajera

Pero hablemos de los gatos (y perros) como meteorólogos. Es posible que a través de sus vibrisas (bigotes y cejas) noten las variaciones y diferencias en la presión atmosférica que emiten las células tormentosas. Dichas vibrisas son auténticos captadores sensoriales. También pueden ser sensibles a las emanaciones de ozono previas a una tormenta. Hasta ahora, ningún estudio ha conseguido sacar nada en claro.

No podemos dejar de mencionar a Oscar (al que dedicamos una entrada hace menos de un año https://gatosyrespeto.org/2022/11/10/el-gato-oscar-y-su-don-especial/) y su capacidad de presentir la muerte. Pero no fue un caso único. Una amiga nos contó que cuando su abuela enfermó gravemente, su gata no se separó de ella durante días, apenas comía y solo quería estar a su lado. Cuatro horas antes de que falleciera, la gata desapareció, sorprendiendo a todos. Regresó cuando la abuela ya estaba en el ataúd, donde subió y rehusó bajar. Curiosamente, esta gata hizo exactamente lo opuesto de Oscar.

Oscar

Jim Berkland (31 de julio de 1930 – 22 de julio 2016), un geólogo que trabajaba en San Francisco, California, observaba el comportamiento de gatos y perros para predecir terremotos, cosa que ya se hacía en la China antigua con gran éxito. El primer descubrimiento de Jim Berkland tuvo lugar el 7 de noviembre de 1980, encontró catorce anuncios de gatos perdidos en vez de los tres o cuatro habituales.

Basándose en esto y otros datos, predijo que habría un terremoto en los cuatro o cinco días siguientes. Y así fue, al cabo de cuatro días, hubo un terremoto de 7,4 con epicentro en Eureka, al norte de San Francisco. Desde entonces predijo más de veinticinco terremotos buscando los anuncios de animales domésticos desaparecidos. Su predicción más famosa tuvo lugar en 1989 cuando vio que habían desaparecido nada menos que veintisiete gatos. Cuatro días después, el 17 de octubre, el peor terremoto desde 1906 sacudió San Francisco.

Rupert Sheldrake(28 de junio de 1942), investigador de parapsicología y escritor británico, conocido principalmente por la hipótesis pseudocientífica llamada resonancia mórfica, realizó varios estudios con gatos y perros. Descubrió que los gatos parecen saber quién llama por teléfono (aparatos fijos, el estudio se realizó en 1996) y se acercan corriendo si se trata de su dueño.

Egipto, Museo del Louvre

Realizó numerosos experimentos con un gato al que le gustaba mucho el queso y que sabía perfectamente si había un trozo de su queso favorito en la nevera aunque estuviera dentro de un tupper. Al parecer, bastaba con que la dueña pensara en un queso grande para que el gato apareciera corriendo. Según Rupert Sheldrake, la explicación está en los campos mórficos.

Marc Chagall

Cuando el animal y el dueño están muy unidos, les conecta un campo. Sheldrake cree que estos campos existen entre seres vivos de una misma especie (bancos de peces o bandadas de pájaros girando de pronto todos a la vez, por ejemplo) o de diferente especie con una profunda conexión.

Y acabaremos con una anécdota de la gata Griselda, que pasaba la mayor parte del tiempo en el regazo de su dueña cuando esta trabajaba o durmiendo a su lado en la cama. Cuando salía, su compañero siempre sabía que estaba a punto de volver porque Griselda, entre cinco y diez minutos antes, corría hacia la puerta del piso y empezaba a maullar. Griselda también tenía la costumbre de mirar fijamente hacia un punto de una habitación y parecía que seguía algo con la vista, lo que resultaba bastante desconcertante.

Griselda

Estamos convencidos de que los animales tienen sentidos de los que carecemos, lo que no sabemos es si pueden describirse como clarividencia, a pesar del título de este artículo.

Un comentario sobre “Los gatos y la clarividencia

  1. Es sorprendente, pero si los egipcios tenían mucho respeto a los gatos no era sólo porque les eliminaban los ratones. En la página que estoy escribiendo quiero tener en cuenta este dato. Los animales perciben, a veces, la realidad más amplia que nuestra realidad restringida por el estrés.

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