A pesar de ser un recién llegado entre las razas aceptadas por las asociaciones felinas occidentales, el Khao Manee hace mucho que se cría en Tailandia, tal como lo demuestra su mención en el “Tamra maew” (https://gatosyrespeto.org/2022/02/03/el-gato-korat-y-el-tamra-maew/), el libro de poemas de los gatos. Se considera una raza natural que se desarrolló sin la interferencia de los seres humanos, al menos en el reino de Siam, actual Tailandia.
Es un gato que trae buena suerte, y en el “Tamra maew” aparece como Khaao Plort, cuya traducción podría ser “Todo blanco”. Su nombre actual, Khao Manee, significa “Ojos de diamante”. El Khao Manee era el gato favorito del monarca Rama V, que reinó de 1868 a 1910. Cuentan que cuando británicos y franceses empezaron a llegar al reino de Siam, el rey ordenó que se escondieran todos sus gatos blancos, y presentó al gato siamés como “la raza real” con el fin de proteger a la auténtica.
También se dice que en la época de Rama V, el robo de un Khao Manee se castigaba con la muerte. Nadie parece saber si todo esto es verdad dado que las noticias que nos llegaron acerca de los gatos siameses provienen de tailandeses. Y si se escondió a la auténtica raza real felina, no pudieron saberlo. Sin embargo, en 1948 o 49, la revista “Cats and Kittens” (Gatos y gatitos), cuya editora era Sydney W. France, autora del libro “Siamese cats” (Gatos siameses), publicó una carta de un tal Sr. Garry, de Minehead, Somerset.
En dicha carta, el Sr. Garry afirmaba que “cuando estuve en Siam en 1930, me dijeron que había dos tipos de gatos reales. El primero era como el que vemos en Inglaterra, aunque con las extremidades más oscuras; el segundo era mucho más claro y todo del mismo color. Al haber estudiado con el actual rey de Siam en Eton, tuve la oportunidad de visitar el palacio real de Bangkok con más detenimiento que el turista habitual. Durante esta visita vi uno o dos gatos reales muy parecidos a los primeros. En cuanto a los segundos, no vi ninguno, ni dentro ni fuera del palacio”.
Rama V regaló nueve Khao Manee a su hijo, el príncipe Chumphon Khet Udomsak para que mantuviera viva la raza. Posteriormente, la princesa Ruang Jit Jarang tomó el relevo y llegó a tener 40 ejemplares antes de confiar la misión en 1957 a otro miembro de la familia real, el coronel Haw Pionudhad, que incrementó considerablemente el número de gatos.
Actualmente, el nieto del coronel, Namdee Witta, se ocupa de criar los Khao Manee reales. Hasta 2011 era posible visitar el criadero, que contaba con unos 50 ejemplares, pero no ha vuelto a abrirse desde entonces. Namdee Witta respeta las dos principales reglas impuestas por Rama V: un Khao Manee no puede cruzarse con otro gato y no puede venderse a nadie. Parce ser que rechazó una cifra astronómica por parte de un jeque.
Con tantas restricciones, el Khao Manee casi llegó a extinguirse. En 1999, Colleen Freymuth, una criadora estadounidense afincada en Arizona, especializada en la recuperación de razas amenazadas, consiguió autorización para importar unos Kaho Manee. Sripia, sus cuatro gatitos y un macho fueron trasladados a Estados Unidos. En total importó doce gatos desde la lejana Tailandia.
En 2004, Frédéric Lachaud Goedert, conocido criador de korat en Francia, consiguió legalmente a una Khao Manee llamada Pai Lin (Zafiro azul); a continuación, Colleen Freymuth le hizo llegar seis ejemplares para que pudiera empezar a criar en Francia. Un año después, por razones de salud, la criadora estadounidense se vio obligada a entregar todos sus ejemplares a Lachaud Goedert para que siguiera su trabajo.
El gato de diamante es una raza muy reciente en Occidente y probablemente sea la más rara del mundo en la actualidad. Algunas federaciones felinas lo reconocen, como por ejemplo la GCCF (Governing Council of the Cat Fancy), que le concedió distinción de raza en 2010. La CFA (Cats Fanciers Association), el mayor registro mundial de gatos con pedigrí, hizo lo propio en 2018, pero la FIFe (Fédération Internationale Féline) aún no.
El gato de ojos de diamante se diferencia de otros por un pelo especialmente suave, de un blanco puro y lustroso. Es de talla más bien pequeña, las hembras son notablemente de menor tamaño que los machos, pero es fuerte y musculoso. Tiene las patas traseras algo más grandes que las delanteras, lo que le confiere un andar elegante, la cabeza casi triangular, las orejas ni grandes ni pequeñas, los pómulos muy marcados, y la nariz chata, muy parecida a la del gato persa o el British shorthair.
E
l color de sus ojos contrasta con la blancura del pelo y varía desde el azulado grisáceo al azul zafiro, el verde esmeralda o peridoto, o el amarillo zafiro o ámbar. Muchos tienen un ojo de cada color, aunque esto no es una regla.
Inteligentes, extrovertidos, activos, traviesos, curiosos y amables, suelen preferir la compañía de los humanos a los de sus congéneres o perros que vivan en el mismo domicilio. Son muy habladores, y sus maullidos mantienen ecos lejanos de su primo, el siamés.
Los cachorros, totalmente rosados al nacer, no adquieren el pelo blanco hasta pasado algún tiempo. Y acabaremos diciendo que un Khao Manee vale ahora mismo entre 7.000 y 11.000 dólares (de 6.400 a 10.000 euros).














