Un gato atigrado llamado Mrs. Chippy (o Srta. Chippy) subió a bordo del Endurance, el barco que llevaría a Ernest Shackleton hasta el Polo Sur, con Harry McNish, un carpintero cuyo mote era “Chippy”, para ocupar el puesto de gato de barco. Al cabo de un mes de travesía, se descubrió que Mrs. Chippy era en realidad un macho, pero se quedó con su nombre original. Al parecer, Mrs. Chippy era un gato con carácter que impresionó a la tripulación por su habilidad a la hora de andar por las estrechas barandillas protectoras incluso con mar gruesa.

Perce Blackborow, un polizón que se coló en el barco en Buenos Aires y fue descubierto a los pocos días, recibió el encargo de ocuparse de Mrs. Chippy.
Después de que el barco quedara atrapado en el hielo y ante la escasez de víveres, Shackleton decidió que Mrs. Chippy y cinco de los perros más débiles debían ser sacrificados. Tres miembros de la tripulación, el médico Alexander Macklin, el explorador Tom Crean y el carpintero no estuvieron de acuerdo.
Harry McNish quería mucho a Mrs. Chippy y no le perdonó nunca a Shackleton que lo sacrificara. Se enfrentó a él durante la expedición y a pesar de haber construido los botes que salvarían la vida a los miembros de la tripulación y de haberse comportado con una entereza y un valor ejemplares, no fue condecorado con la Medalla Polar debido a su “insubordinación”.

En 2004, la Sociedad Antártica de Nueva Zelanda encargó una escultura de bronce tamaño natural de Mrs. Chippy para su posterior colocación en la tumba de McNish. En febrero de 2011, las islas Georgia del Sur y Sándwich del Sur emitieron un sello en honor a Mrs. Chippy, al que se ve en el hombro de Perce Blackborow.