Niña con gatos (1940)

La pintora Gertrude Abercrombie, gran amante de los gatos y del jazz, apuntaba en una libreta los gatos que había tenido y lo que había sido de ellos. El apartado se titulaba: «Gatos que he tenido (de los grandes)». Con «de los grandes», en inglés «big main ones»,  se refería a la raza Maine Coon, efectivamente, gatos de buen tamaño. La lista incluía a Jimmy, Monk, Fitzgerald y Folly, entre otros.

Interior con gato

Don Baum, artista y defensor de artistas de Chicago, era un buen amigo de la pintora y la describió como «una mujer muy graciosa e introspectiva». Recuerda que su casa desbordaba energía y estaba llena de gatos: «Tocaba el piano y no había nada que le gustara más que sentarse ante el teclado con alguien como Dizzy Gillespie o Miles Davis con sus instrumentos. De locos». Era un inmueble de tres pisos a orillas del lago Michigan en el barrio de Hyde Park, cerca de la Universidad de Chicago, lo que le permitía alquilar habitaciones, no solo a estudiantes, sino a conocidos músicos y compositores de jazz, y donde parece ser que los gatos comían mejor que las personas.

Cabeza con gato

Esa mujer excéntrica recorría la ciudad en un viejo Rolls-Royce – de hecho, tuvo tres durante su vida – y necesitaba desesperadamente ser el centro de atención. Ella misma solía contar una anécdota en la que se describía su exacerbado narcisismo. Su amigo, el artista Dudley Huppler, en una postal dirigida al pintor Karl Priebe, escribió: «Querido Karl: Anoche llevé a Gertrude al ballet. No le gustó. Ella no bailaba». También reconoce que siempre se pintaba a sí misma, incluso cuando no se trataba de autorretratos propiamente dichos.

Tres gatos

 

Tres gatos (plano medio)

Sus cuadros parecen reflejar una terrible soledad. La gran mayoría representa a una mujer sola en parajes desolados. Mujeres buscando, andando, a veces acompañadas de un animal. Los dos gatos de «Gato blanco» y «Gato y retrato» también están solos, casi desamparados. Reconocía que carecía de técnica; para ella había buenos pintores y mejores artistas, y consideraba pertenecer a esta última categoría.

Gato blanco

 

Gato blanco

Le importaba transmitir emociones, sentimientos e ideas. Decía que «debe ocurrir algo, y si no ocurre nada, la mejor técnica del mundo no lo cambiará».

Gato con retrato

Nació el 17 de febrero de 1909 en Austin, Tejas, por la sencilla razón de que sus padres, dos cantantes de ópera que estaban de gira, se encontraban allí ese día. La familia vivió en Berlín hasta 1914, pero el estallido de la I Guerra Mundial les obligó a regresar, primero a Aledo, Illinois, y posteriormente al barrio de Hyde Park en Chicago. En 1929 se licenció en Filología Románica y estudió brevemente Dibujo Comercial en la Academia Americana de Arte.

 

Bote (1954)

Empezó a dedicarse a la pintura a tiempo completo a partir de 1932 y vendió su primer cuadro ese verano en una feria de arte. Dejó la casa familiar a mediados de los años treinta, y la Sociedad de Artistas de Chicago organizó su primera exposición en solitario en 1934. Se casó con el apuesto Robert Livingstone en 1940, dio a luz a su única hija, Dinah, en 1942 y se divorció en 1948. Ese año se casó con el crítico musical Frank Sandiford y su gran amigo Dizzie Gillespie tocó en la boda. Se divorció de su segundo marido en 1964.

Fotografiada por Carl Van Vechten

En 1945 pintó «Girl Searching» (Mujer joven buscando). A partir de ese momento y durante los siguientes quince años pintó cientos de cuadros, organizó jam sessions en su casa con músicos como Sonny Rollins, Max Roach y Jackie Cain, se hizo famosa y se hablaba de ella en la prensa. Dizzy Gillespie la describió como «la primera artista bop, porque ha tomado la esencia de nuestra música y la ha trasladado a otra forma de arte».

Entre las pocas influencias que Gertrude Abercrombie reconocía, estaba el pintor belga René Magritte. A parte de aceptar que Georgio de Chirico, Max Ernst y Salvador Dalí «tenían algo que ver» con su trabajo, de Magritte dijo: «Cuando vi sus obras, pensé: ‘Este es tu papá’, y he seguido en esta vena surrealista desde entonces».

Interior con gato

Su salud empezó a resentirse a finales de los años cincuenta por culpa del alcohol, sufría de artritis y tenía problemas financieros. A partir de 1959 pintó menos y cuadros de menor tamaño. Dejó de poder moverse sola y acabó confinada en la cama. La «reina de los artistas bohemios», como la llamaban, falleció el 3 de julio de 1977. Unos meses antes de su muerte tuvo lugar una gran retrospectiva de su obra en el Centro Hyde Park.

La pintora

Entre 1944 y 1964 expuso nada menos que veinte veces en solitario y fue una de las artistas más famosas de Chicago durante casi treinta y cinco años. Luchó contra la depresión y la inseguridad, pero durante toda su vida como pintora supo mantener el equilibrio entre el misterio y la realidad, la tragedia y el humor. En una de sus últimas entrevistas dijo: «Pinto como pinto porque estoy muerta de miedo. Me parece un milagro que estemos vivos, ¿a ti no?»

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Un comentario sobre “Gatos, soledad, surrealismo y Gertrude Abercrombie

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