Hay unos cuantos cementerios famosos en el mundo y muchos de ellos tienen una importante población de gatos, por ejemplo La Recoleta de Buenos Aires, los cementerios del Père Lachaise y Montmartre de París, y el Highgate de Londres. También se aventuran en los pequeños cementerios ingleses, japoneses y españoles, aunque no sean tan conocidos como los anteriores. Los cementerios gustan a los gatos sencillamente porque son sitios tranquilos, silenciosos y suelen tener bastantes recovecos donde esconderse.

La Recoleta (Buenos Aires)
La Recoleta

El magnífico cementerio de La Recoleta fue creado en 1822 y abarca más de cinco hectáreas y media en el barrio del mismo nombre. Tiene unas 4.800 tumbas entre las que se reparten sus numerosos gatos. Dos veces al día, siempre a la misma hora, varias voluntarias aparecen con la comida, que consiste en latas y unos veinte kilos de pienso diario, para alimentar a varias colonias, aunque es casi imposible saber realmente cuántos gatos viven en La Recoleta. Algunas mujeres hablan de ochenta, otras de cien. Son colonias controladas y la mayoría de sus miembros están esterilizados, a excepción de los recién abandonados. Al parecer, algunos bonaerenses dejan sus mascotas allí cuando se cansan de ellas. Las cuidadoras aceptan donaciones, pero costean la mayoría de gastos veterinarios y de comida porque «somos amantes de los gatos».

El Père Lachaise (París)
El Père Lachaise

Cruzamos el océano de un salto para llegar al más famoso de los cementerios parisinos y quizá del mundo, el Père Lachaise, al que acuden unos tres millones y medio de visitantes anualmente. El cementerio ocupa unas diecisiete hectáreas y fue construido en 1803 siguiendo el plano de un jardín al estilo inglés, con avenidas bordeadas de árboles y plantas. Es uno de los pocos que tienen una zona reservada para entierros musulmanes y otra para judíos. Se calcula que habrá unos trescientos gatos y, como siempre, los alimentan almas generosas que aparecen empujando carritos de la compra repletos de comida.

El Père Lachaise

El cementerio está dividido en barrios y cada grupo de voluntarios tiene «su barrio»; a uno le toca entre Chopin y Molière hasta Piaf, por ejemplo, porque no se han molestado en aprenderse el nombre de las calles. Se ubican por los famosos enterrados allí y también por los nombres de algún gato que hizo historia o de uno realmente excepcional por ser enorme, de un color increíble… Algunos voluntarios van a diario, otros, de vez en cuando y también están las asociaciones para la protección de los animales que se dedican a esterilizarlos.

Montmartre
Montmartre (París)
Montmartre

También en París, nos trasladamos al cementerio de Montmartre, inaugurado en enero de 1825. Ocupa unas diez hectáreas, y a pesar de ser menos conocido, su nombre está ligado a los gatos. No sabemos cuánto hace que se instalaron, pero en los años setenta había muchos, muchísimos sin esterilizar y eran la pesadilla de los guardas del camposanto así como de los servicios sanitarios del Ayuntamiento. En 1977, este último decidió organizar una operación de captura y eutanasia, pero unas cien personas del barrio se interpusieron y formaron una asociación que se convertiría en la famosa «Ecole du Chat» (La escuela del gato). Al año de su creación capturó, esterilizó y volvió a soltar al primer gato. La historia sigue hoy en día con 150 voluntarios dedicados a alimentar y a construir refugios para los gatos.

Highgate (Londres)
Highgate

Damos otro salto, este mucho más pequeño, por encima del Canal de la Mancha y llegamos a un cementerio increíble, el Highgate de Londres. Es el cementerio romántico por excelencia, con criptas medio en ruinas, yedra y ajos silvestres creciendo por todas partes. Creado en 1839, contiene unas 53.000 tumbas y criptas, entre ellas las de Karl Marx y George Michael. Ninguna colonia de gatos reside allí, aunque unos pocos pasean por el cementerio. Lo mencionamos aquí por la tumba de Ana Clare Bootle, que falleció mientras dormía a la edad de 31 años en 1985. La lápida que marca su tumba es la estatua de un gato dormido en un cojín en la que puede leerse «The beautiful cat endures» (El hermoso gato perdura), quizá una referencia a la inscripción en una piedra conmemorativa de 3.000 años de antigüedad encontrada en Tebas que reza: «El hermoso gato perdura y perdura».

El gato Barney

Ya que estamos en Inglaterra, hablaremos de Barney, un gato pelirrojo que vivió 20 años en el cementerio de la iglesia de Saint Sampson, en Guernsey. Sus dueños residían al lado de la iglesia, pero cuando se mudaron unos kilómetros más allá, decidió regresar y se instaló en el camposanto. El sacristán cuidó de él, le hizo un refugio y Barney empezó a recibir a la gente que iba al cementerio. Barney murió el año pasado y el pueblo se puso de acuerdo para que fuera enterrado en el lugar que él había elegido para vivir.

Cementerio General (Valencia)
Cementerio General (Valencia)

De Inglaterra a España, y concretamente al Cementerio General de Valencia, fundado extramuros de la ciudad en 1807, donde habitan unos 300 gatos, alimentados y cuidados por voluntarios, una decena de jubilados y parados. En 2016 solicitaron reunirse con el Ayuntamiento para conseguir una ayuda, aunque fuese mínima. Isabel Esteve, profesora jubilada de Historia, cuenta que hace 20 años, cuando comenzaron este trabajo, apenas había unos 80 felinos, pero por la falta de control y porque algunas personas abandonan a camadas enteras en el cementerio, se ha convertido en la mayor colonia de la ciudad.

Cementerio de los Poetas (Roma)

Estamos seguros de que existen muchos más cementerios, grandes y pequeños, famosos o no, que albergan colonias de gatos. Parece ser que también hay un santuario felino en el famoso Cementerio «Acatólico» o de los Poetas en Roma, pero no hemos podido encontrar nada definitivo.

Cementerio de los Poetas

Tampoco es sorprendente que el cementerio de Yanaka, en Tokio (https://gatosyrespeto.org/2014/10/07/yanaka-un-barrio-de-gatos-en-tokio/), esté lleno de gatos, ya que el barrio es conocido, entre otras cosas, por sus felinos.

Cementerio de Yanaka
Yanaka

No podemos dejar de mencionar el cementerio de Charleston, Carolina del Sur, en el que supuestamente se ven fantasmas además de gatos.

Charleston (EE UU)
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2 comentarios sobre “Gatos y cementerios

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