«…y mirando al sol con los ojos entrecerrados, una sensación me invadió de pronto: Soy un gato. Un gato que acaba de comerse un pez. Si alguien me hubiera hablado en aquel momento, habría maullado. Me sentí absoluta y ‘animalmente’ feliz».

Así hablaba Joseph Brodsky describiendo un momento de su vida. En el ensayo «A Room and a Half» (Una habitación y media), el escritor cuenta que, de niño, disfrutaba pronunciando algunas palabras como lo haría un gato. Su padre enseguida se apuntó al juego y acabaron llamándose mutuamente «Gran gato» y «Pequeño gato». El título del ensayo se debe a que vivía con sus padres en un auténtico palacio repartido entre varias familias donde cada persona tenía derecho a 9,5 metros cuadrados. Su «media habitación» estaba separada de la de sus padres con cortinas y estanterías llenas de libros.

Con Mississippi

Estuviera donde estuviera, tenía tendencia a buscar la compañía de gatos. Fueron sus amigos más fieles empezando por Olga, la gata blanca y negra de su infancia; Glick, el gato ruidoso y algo loco de la gran poetisa rusa Anna Ajmátova; Pas, el gato gris que su madre ganó en una partida de cartas; Patas Blancas y Sansón, cuando vivía en Leningrado; el bien llamado Big Red y, finalmente, Mississippi, su inseparable compañero en Estados Unidos.

Andrei Kjrzhanovski, el director de la película «Room and a Half» (Habitación y media), mezcla de falso documental y animación en torno a la vida de su amigo Joseph Brodsky, y también amante de los gatos, dijo: «A veces le preguntaban por qué había llamado Mississippi a su gato y solía contestar: ‘Para mí era importante que el nombre contuviera muchas eses porque en ruso el sonido de la ese se asocia a los gatos’. A menudo Brodsky firmaba con el dibujo de un gato. El realizador se refiere en varias ocasiones a Joseph Brodsky como Joseph Catman, es decir, Joseph «hombre-gato».

Antes de esta película ya había realizado un cortometraje sobre el autor titulado «A Cat and a Half» (Un gato y medio), una combinación de animación, documental, fotografía y ficción. Tardó diez años en completar ambas.

En el largometraje, Andrei Kjrzhanovski incluso llega a decir que los primeros poemas del autor son obra de un descarado gato de animación que no para de fumar y que solo vive en la imaginación del niño Joseph. Más tarde, cuando Brodsky ya vivía exiliado en Estados Unidos, su madre Masva hablaba con un gato como si su hijo habitara en la cabeza del felino.

Joseph Brodsky (Iosif Alekzandrovich Brodsky) nació el 24 de mayo de 1940 en Leningrado, un año antes de la invasión nazi. Su madre era contable y su padre, fotógrafo para el Museo de la Marina de Leningrado. Hijo único, era el ojo derecho de ambos. Leningrado fue asediada dos años por las tropas alemanas durante la guerra, y a pesar de no tener comida, sus habitantes nunca se rindieron.

Con Osya
De la película «Habitación y media»

Dejó el instituto a los 15 años, cuando su padre perdió el puesto en el Museo, y se puso a trabajar en una fábrica, pero lo dejó a los seis meses. En los siete años siguientes trabajó en un faro, en un laboratorio de cristalografía y en una funeraria, entre otros lugares. Empezó a escribir poemas a los 17 años y no tardó en llamar la atención de Anna Ajmátova, que se convirtió en su protectora y mentora.

Estudio en la URSS

En 1964 fue condenado a cinco años de trabajos forzados en el norte de Rusia por «parásito social». Durante los meses que duró el juicio se le internó en un hospital psiquiátrico, un periodo muy duro para él. Sin embargo, los 18 meses de condena que pasó en el pueblo de Norenskaya, a unos 550 kilómetros al norte de Leningrado, fueron maravillosos. Alquiló una casita sin calefacción ni agua, pero estaba solo. Sus amigos y su madre iban a verle, tenía una máquina de escribir y leía a su poeta favorito, W.H. Auden. A pesar de una condena de cinco años, pudo regresar mucho antes gracias a la campaña mediática que organizaron Anna Ajmátova y Jean-Paul Sartre. Su exilio tuvo el efecto opuesto al deseado por las autoridades soviéticas: era desconocido fuera de su país y regresó a Leningrado como un celebridad internacional.

Con dos amigos

Aun así, le era imposible publicar en la Unión Soviética y sobrevivía haciendo traducciones o pequeños trabajos. A principios de los setenta, los vientos políticos volvieron a cambiar de rumbo y Brézhnev aprovechó la presión de occidente para «liberar» a judíos soviéticos. Brodsky dispuso en 1972 de tres semanas para hacer las maletas e irse para siempre. Primero llegó a Viena, donde conoció por casualidad a su ídolo W.H. Auden, y acabó en Estados Unidos, primero en Nueva York y luego en Massachusetts como profesor.

 

En 1987 ganó el Premio Nobel de Literatura, lo que le permitió pasar largas temporadas en Italia, y en 1991 fue nombrado poeta laureado de Estados Unidos. Se casó con una joven universitaria de ascendencia rusa e italiana, y se mudó a Brooklyn. En 1993, su esposa dio a luz a una hija a la que llamaron Anna. El poeta falleció el 28 de enero de 1996 de un infarto a los 56 años.

De la película «Habitación y media»

Nunca regresó a Rusia, a pesar de sus muchos intentos. Aunque adoptó la nacionalidad estadounidense, jamás dejó de ser ruso y de echar de menos el país donde había nacido. Y para volver a los gatos, escribió: «Soy como un gato. Cuando algo me gusta, quiero olerlo y relamerme… Como un gato, ¿verdad? A los gatos les da exactamente igual que exista una sociedad que se llame ‘Memoria’, o un departamento de propaganda del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. También les deja en la más absoluta indiferencia quién es el presidente de Estados Unidos, incluso si hay uno. ¿Por qué sería yo peor que un gato?»

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