Jack Owens, su gato negro y Bud Spires.

A los músicos de jazz se les suele llamar “gatos”, sobre todo en inglés. Parece ser que la denominación remonta a los años veinte del siglo pasado cuando el jazz empezó a hacerse popular. Los músicos de jazz, al igual que los gatos, preferían la noche al día, dependían de sí mismos, se buscaban la vida, solían caer de pie y no encajaban con la sociedad “normal”.

Stan Getz

La primera fotografía de esta entrada no es de dos músicos de jazz, sino de blues. Son Jack Owens, su gato negro, y Bud Spires, los tres en el porche del primero donde solían tocar para los numerosos visitantes. Por cierto, los músicos de blues creían que los gatos negros traían buena suerte.

Louis Armstrong

A pesar de llamarse “gatos” o “cats”, no hemos encontrado muchas fotos de músicos de jazz con sus gatos. Uno de ellos es el pianista Cecil Percival Taylor, al que podemos ver en una instantánea realizada en los años sesenta por el fotógrafo Charles Rotmil. En principio, si un gato está sentado en el piano de un músico, parece indicar que vive con él.

Cecil Taylor y su gato (años 60) Foto de Charles Rotmil

Cecil Taylor fue uno de los pioneros del free jazz. Su carrera abarca más de 50 años con decenas de discos grabados. Nació el 25 de marzo de 1929 en Nueva York, la misma ciudad en la que falleció el 5 de abril de 2018. Fue un maestro de la improvisación a partir de estructuras armónicas fijas, algo nada habitual en los años cincuenta, pero no logró notoriedad hasta los años setenta.

Sabemos que el compositor, arreglista, poeta y músico Bob Downes tenía un gato siamés llamado Rolly gracias a la foto interior del álbum “Electric City” y por la contraportada del mismo LP, donde le vemos tocando la flauta, su instrumento favorito con el saxo entre los veinticinco que dominaba.

Open Music – Electric City (contraportada)

Nacido en Plymouth, Reino Unido, el 22 de julio de 1937, es conocido como líder del Open Music Trio, un grupo de jazz de vanguardia que formó en 1968, y por sus composiciones de rock y blues. Grabó su primer disco con Philips Records antes de fundar su propia discográfica, Openian.

Bob Downes, Bob Cockburn y el gato Rolly

Otros músicos de jazz no se limitan a que en las portadas de sus discos aparezcan gatos; por ejemplo, el músico argentino Leandro Barbieri se apodaba “Gato”. Este maestro del saxo tenor nació en Rosario, Argentina, el 28 de noviembre de 1932, y está considerado como uno de los pioneros del jazz latino. Sin embargo, en una entrevista realizada un año antes de su fallecimiento en Nueva York en 2016, dijo: “No tengo nada que ver con eso, los músicos de jazz no me consideran un músico de jazz y los músicos latinos no me consideran un músico latino”.

Además de una extensa discografía, fue el autor de varias bandas sonoras, entre ellas las de “El último tango en París”, dirigida por Bernardo Bertolucci en 1972.

Existen dos fotos muy famosas de Thelonious Monk con un gato siamés. Después de observarlas con detenimiento, nos atrevemos a decir que no fueron hechas el mismo día, aunque eso no significa que Monk tuviera gatos. Ese probablemente fuera uno de los 306 gatos de Nica Rothschild. Cuesta creer que Nica tuviera tantos a la vez, incluso repartidos en todos los años de su estancia en Nueva York, pero era una mujer muy especial.

Thelonious Monk

Fue la hija menor de Charles Rothschild, entomólogo por gusto y financiero por obligación, que se suicidó cuando su hija tenía 12 años. Su nombre completo era Kathleen Annie Pannonica, este último en honor a la Eublemma pannonica, una polilla muy poco común. Nica nació en 1913, estudió en Múnich, y con poco más de veinte años aprendió a pilotar un avión. Se casó en 1935 con el barón francés Jules de Koenigswarter y vivieron en un castillo en el noroeste de Francia. Tuvieron dos hijos.

Al estallar la II Guerra Mundial, Jules se unió al ejército de la Francia Libre de De Gaulle en África. Después de dejar a sus hijos en Nueva York, Nica trabajó como codificadora en Ghana, Congo y África del Norte. Al finalizar la guerra, el barón se convirtió en diplomático, tuvieron tres hijos más y vivieron en diversos países.

La relación con su marido se hizo difícil, y en 1953 dejó al barón y a sus cinco hijos en Ciudad de México para mudarse a Nueva York. Hacía mucho que a Nica le gustaba el jazz, y un día, en casa de un amigo, escuchó el famoso tema “Round Midnight”, de Thelonious Monk. La pianista y compositora de jazz Mary Lou Williams le presentó al músico durante el “Salón del Jazz 1954”.

Nica se instaló en una suite del hotel Stanhope, delante del Museo Metropolitan de Nueva York, y se convirtió en la protectora de numerosos músicos de jazz, como Miles Davis, Teddy Wilson y Charles Mingus, entre otros. Les compraba comida si hacía falta, les llevaba de un lado a otro en su Bentley y les apoyaba.

Charlie Parker no estaba entre sus más allegados, pero apareció en su suite en marzo de 1955 en mal estado y murió al día siguiente, creando un escándalo. El director del hotel la echó y Nica acabó comprándose una casa modernista en Nueva Jersey con vistas a Nueva York, del otro lado del río Hudson, a la que sus amigos rebautizaron “Catville” (Villagatos) por los 300 felinos a los que Nica abrió sus puertas.

Nica Rothschild

El músico con el que tuvo una relación amistosa inquebrantable fue Thelonious Monk. Puede decirse que cuidó de él desde 1954 hasta 1982, año en que el pianista falleció. Monk y su esposa Nellie se mudaron a mediados de los setenta a casa de Nica. Algunos dicen que a Monk no le gustaban los gatos, pero nos parece extraño que aceptara vivir en un lugar donde eran los reyes.

Thelonious Monk

Nica comparó a Thelonious Monk con Beethoven. El músico era inestable, padecía regularmente terribles depresiones, y Nica ayudó a Nellie a enfrentarse a estos episodios. El jazz cambió, la música evolucionó, pero Nica siguió fiel al bebop; incluso llegó a decir que Miles Davis “se había vendido”. Los Beatles, los Rolling Stones, Little Richard, Elvis Presley no la emocionaban. No menos de veinticuatro temas de jazz le fueron dedicados.

Thelonious y Nica

Hemos empezado con una foto de dos “bluesmen” con un gato negro y acabamos con la portada de una pareja con un gato blanco.

Anuncio publicitario

3 comentarios sobre “Gatos y jazz

  1. Hola, he estado siguiendo tus escritos y aunque no tengo gatos, tuve uno alguna vez y descubrí que era alérgica y mi salud empeoraba. Bueno, le encontré hogar en una finca de una familia con muchos otros animales y donde andaba con entera libertad y era muy querido. En fin quería preguntarte si puedo invitarte con este post sobre gatos y jazz a mi blog, Cuentos al Garete. Pongo una breve reseña sobre tu persona y el post. Ya invité a otro bloguero a inicios del mes. Tu post aparecería el próximo domingo, 12 de julio.

  2. Claro, faltaba más. Te lo agradecemos mucho. Basta con que digas que amamos profundamente a los gatos, pero que no somos una protectora. Nos limitamos a cuidar de cinco colonias en nuestro entorno alimentando a sus miembros (unos 70 gatos) y a aplicar el método CES, esto último con la ayuda del Ayuntamiento de Chinchón (España). Además de eso, tenemos a varios gatos «recogidos» que viven con nosotros. Obviamente, no somos alérgicos. Pero tenemos a muchos amigos que lo son y, sin embargo, no dudan en visitarnos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s