Érase una vez un gato que amaba a un ratón, un ratón que despreciaba al gato y odiaba al perro, y un perro que veneraba al gato y odiaba al ratón. El ratón se pasaba la vida tirando ladrillos a la cabeza del gato, pero éste estaba convencido de que era una demostración de afecto. El perro era policía e intentaba proteger al gato encarcelando al ratón. Los tres vivían en Arizona, en el condado de Coconino.

La tira cómica lleva el nombre del gato, Krazy Kat (Gato Loco). Los otros dos protagonistas son Ignatz el ratón y el perro agente Pupp. Y también están Joe Cigüeña “proveedor de progenie principesca y proletaria”; Kolin Kelly, un perro que fabrica ladrillos y los suministra a Ignatz, y la Sra. Kwakk Wakk, una pata trepa y metomentodo que quiere quitarle el puesto al agente Pupp.

Publicada por primera vez en 1913 en el New York Evening Journal, siguió apareciendo regularmente hasta 1944. Empezó como una “basement strip”, una tira de tres o cuatro viñetas debajo de otra que ocupaba media página, pero no tardó en cobrar importancia, y el 23 de abril de 1916 llenaba una página completa en el suplemento dominical de tebeos.

Aunque era menos popular que otras tiras de su autor, George Herriman, el dueño del periódico (y de muchos otros), William Randolph Hearst, era un profundo admirador del dibujante y le ofreció un contrato de por vida, garantizándole la más absoluta libertad creativa a pesar de las objeciones de los editores.


Es posible que Krazy Kat no entusiasmara a los lectores de la prensa amarilla en la que se había especializado Hearst, pero tenía numerosos lectores entre los intelectuales de la época, como el poeta E.E. Cummings y el crítico de arte Gilbert Seldes. Ya en 1911, cuando Krazy e Ignatz formaban parte de la Familia Dingbat y todavía no tenían una tira propia, el compositor y pianista Ben Ritchie publicó “Krazy Kat Rag” con una ilustración de Herriman.


Posteriormente, el saxofonista Frankie Tumbauer, el clarinetista Artie Shaw y otros grabaron homenajes a Krazy Kat. Pero quizá el más ambicioso de todos fuera el compositor John Alden Carpenter con el ballet “Krazy Kat – Una pantomima de jazz”. La pieza fue interpretada por primera vez en 1921 por la Orquesta Sinfónica de Chicago y el ballet, coreografiado por Aldolph Bohm, se estrenó en 1922.
El padre del gato loco, George Kerriman, participó en el diseño de los decorados y de la portada del libreto. En la portada del disco vemos un cuadro de Louis Wain (https://gatosyrespeto.org/2015/09/10/los-gatos-psicodelicos-de-louis-wain/) titulado “Sobremesa”.

Otros grandes admiradores de Krazy Kat fueron el pintor William de Kooning, así como los escritores H.L. Mencken y Jack Kerouac (https://gatosyrespeto.org/2016/08/18/gatos-big-sur-jack-kerouac/). Parece ser que el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson leía la tira cómica en voz alta durante las reuniones del Gabinete. Algunos críticos incluso llegaron a decir años después que la tira era dadaísta y precursora del posmodernismo.

No se publicó en color hasta principios de 1935. George Herriman siguió dibujando a Krazy Kat hasta su muerte el 25 de abril de 1944, realizando aproximadamente 3.000 viñetas de su personaje favorito. La última tira apareció exactamente dos meses después, el 25 de junio, al ser cancelada por Hearst después de la muerte de su amigo, impidiendo que otro dibujante se hiciera cargo de ella, como era habitual en la época.

Los amigos y conocidos del progenitor de Krazy Kat le describían como un hombre modesto al que no le gustaba que le fotografiaran, generoso y siempre dispuesto a ayudar a sus amigos. Le gustaba mucho jugar al póquer con sus compañeros dibujantes. Amaba a los animales y se sabe que en 1934 convivía con cinco perros y trece gatos. Rehusaba montar a caballo e intentaba comer poca carne. Se casó el 7 de julio de 1902 con Mabel, su primer amor, y tuvieron dos hijas, Mabel (como su madre), a la que todos llamaban “Toots”, y Barbara (Bobbie), fallecida a los 30 años, en 1939.


Podríamos acabar aquí, pero merece la pena saber algo más de la vida de George Herriman, nacido el 22 de agosto de 1880 en Luisiana. Tenía diez años cuando su padre compró unos billetes de tren para trasladar a la familia a California, la tierra prometida. En Los Ángeles, su padre siguió con su profesión de sastre y el joven George fue a un colegio católico. Al graduarse, empezó a trabajar para el periódico Los Angeles Herald dibujando anuncios y alguna que otra viñeta.


En 1900 cruzó el país en un tren de mercancías hasta Nueva York, donde fue pintor de carteles publicitarios y dibujante de tiras cómicas. Decidió regresar a Los Ángeles en 1905, pero los editores le hicieron volver a Nueva York en 1910. Hasta doce años después no pudo instalarse definitivamente en Los Ángeles.

En 1971 se descubrió que George Herriman era hijo de padres criollos y bisnieto de Stephen Herriman, un hombre blanco casado, capitán de barco y esclavista, y de Justine Olivier, una mujer libre “de color”. Su abuelo y su padre fueron conocidos sastres en Nueva Orleans y destacadas personalidades en la comunidad criolla.

Durante el viaje a California, su familia se convirtió en blanca. Nadie reparó nunca en que George Herriman tenía sangre negra. Si hubiera ocurrido, no habría podido ido al colegio católico donde estudió, no habría vivido en el barrio donde vivió, no se habría casado con Mabel porque era blanca, ni tampoco habría dibujado las 3.000 maravillosas viñetas de Krazy Kat y muchas otras. Las leyes Jim Crow que propugnaban la segregación racial no fueron abolidas en Estados Unidos hasta 1965.


George Herriman no tuvo más remedio, como muchas otras personas en esa época, que esconder una parte importante de su personalidad si no quería ser considerado un ciudadano de segunda. Su esposa Mabel lo sabía, no cabe duda, como también sus hijas. Solía llevar un sombrero para esconder su pelo rizado y muchos compañeros suyos incluso pensaban que era de origen griego.

Desde que se supo que Herriman era hijo de padres criollos, se empezó a ver la tira bajo un prisma diferente. No eran más que especulaciones, desde luego, pero Krazy Kat cobró otra identidad y de pronto todo el mundo se dio cuenta de que Krazy es un gato negro cuyos diálogos están escritos fonéticamente, reproduciendo un acento muy particular. Lo más curioso es que cambia de sexo; a veces es un personaje masculino y en la siguiente publicación, femenino.
