Gato en ventana (Estudio Kefer-Dora Maar, 1934-35)

“Mi relación con el mundo para el resto de mi vida no depende de que antaño conociera a Picasso”, le dijo Dora Maar al escritor James Lord en una llamada telefónica a finales de 1953, ocho años después de romper el vínculo con el artista. James Lord la había conocido en 1944 y la describió del siguiente modo: “Hermosa, con una nariz recta, labios rojos perfectos, el mentón firme, la mandíbula algo fuerte, un espléndido cabello castaño recogido y unas cejas como las peludas antenas de las polillas”.

Dora Maar con gato (Lee Miller, 1956)

Sin embargo, el tiempo que pasó con el pintor y el egocentrismo de este la marcó para el resto de su vida dejándole una herida que quizá nunca llegó a curarse del todo. Picasso la retrató unas sesenta veces, entre ellas en el famoso cuadro “Dora Maar con gato”, de 1941, en el que está sentada en un sillón con un gato negro en el hombro derecho. No volvió a retratarla con un gato.

Dora Maar con gato (Pablo Picasso, 1941)

Se conocieron en el Café Les Deux Magots a finales de 1935. El fotógrafo Brassaï (al que también le gustaban los gatos, https://gatosyrespeto.org/2015/11/26/los-gatos-y-los-fotografos-brassai/) les presentó. Dora Maar era una conocida fotógrafa con varias exposiciones en su haber que se movía en los círculos intelectuales parisinos, además de apoyar a organizaciones de izquierdas como el “Groupe Octobre” (Grupo Octubre), una compañía de teatro, ser parte de “Contre-Attaque”, el grupo antifascista fundado por Georges Bataille, y haber firmado el manifiesto “Appel à la lutte” (Llamada a la lucha) junto a numerosos intelectuales y artistas.

1937, Antibes, foto de Man Ray

No cabe duda de que el espíritu independiente y la inteligencia, además de la belleza, de Dora Maar atrajeron a Picasso. Pero este, en los ocho años que duró su relación, no se divorció de Olga, su primera mujer, ni tampoco dejó del todo a su anterior amante, la joven Marie-Thérèse Walter, con la que había tenido una hija, Maya, nacida en 1935. En 1937 Dora pintó a Marie-Thérèse de frente y a sí misma de espaldas. A pesar del título del cuadro, “La conversación”, no parece que las dos mujeres estén charlando.

La conversación (Dora Maar, 1937)

Picasso tiene fama de haber amado a los gatos y se sabe que tuvo alguno, pero tampoco representó a tantos gatos en sus cuadros. Dos o tres muy al principio, dos versiones de “Gato devorando a pájaro” en 1939 y ya en los años 60, “Gato con langosta”. En esa década también hizo varios retratos de Jacqueline, su última esposa, con un gato.

Dora Maar hizo toda una serie de fotos de gatos en 1935 de las que solo se conservan algunos negativos (probablemente retocados por ella en los años 80) en el Centro Pompidou. Incluimos tres describiendo a un gato aparentemente joven compartiendo su casa. Está en la alcoba, la cocina… Deducimos que tenía el pelo largo.

(Dora Maar, 1935)

El nombre completo de la fotógrafa y pintora era Henriette Theodora Markovitch. Nació el 22 de noviembre de 1907, hija de un arquitecto croata casado con una francesa. La familia se trasladó a Buenos Aires en 1910 y allí permanecieron hasta 1926. En París estudió pintura antes de matricularse en la Escuela Técnica de Fotografía y Cinematografía, donde conoció a Henri Cartier-Bresson, que sería su amigo de por vida.

(Dora Maar, 1935)

Más o menos en 1931 abrió un estudio con el decorador de cine Pierre Kéfer, especializándose en retratos, fotos de moda y publicidad. El primer cliente de importancia del estudio fue la revista “Heim”, del modisto Jacques Heim. Las fotos que realizó entre 1930 y 35 reflejan los cambios del medio gracias, sobre todo, a las innovaciones en las cámaras. Sin embargo, prefería la Rolleiflex a la nueva, más pequeña y más manejable Leica.

Niña con gato (Dora Maar, 1920)

El estudio tuvo éxito, pero Dora Maar no dejó de fotografiar lo que veía en la calle, como en “Joven con gato”, tomada en Londres en 1934, aunque siempre le atrajo más la vertiente artística de la imagen que el documento social. En 1935 se hizo famosa con sus montajes fotográficos surrealistas. En mayo y junio de 1937 realizó una serie de fotografías únicas documentando el progreso del “Guernica”.

Joven con gato (Dora Maar, 1934)

En esa época, Picasso la animó a dejar la fotografía por la pintura. Quizá lo habría hecho sin que el pintor interfiriera, pero él consideraba la fotografía “un arte menor”. Tardó décadas en volver a usar una cámara. En 1943, Picasso rompió con ella, y Dora Maar sufrió un colapso nervioso y una fuerte depresión.

(Dora Maar, 1935)
Dora Maar fotografiada por Brassaï

Fue tratada por el famoso psiquiatra Jacques Lacan, que la sometió primero a electrochoques (aunque estaba prohibido) y, posteriormente, la enfocó hacia el catolicismo usando, según él, “la religión como puente hacia la cordura”. Vivió el resto de su vida entre su piso de París, en la calle de Savoie, y la casa que le había regalado Picasso en el Lubéron, una región montañosa cercana a Aviñón.

Yesos, atelier des Grands Augustins (Dora Maar, 1941)
Leonor Fini con gato (Dora Maar, 1936)

Sus obras siguieron exponiéndose periódicamente y veía a algunos buenos amigos, como la artista surrealista Leonor Fini, a la que fotografió en numerosas ocasiones, y a Balthus. Regresó a la fotografía en los ochenta experimentando con viejos negativos y formas geométricas. De vez en cuando vendía uno de los cuadros que le había regalado Picasso para seguir viviendo tranquilamente. Falleció el 16 de julio de 1997 a los 89 años. No se descubrieron sus experimentos con fotogramas y fotografía en el cuarto oscuro hasta después de su muerte.

Leonor Fini con gato (Dora Maar, 1936)

Acabaremos con una nota más ligera: Iliazd, de verdadero nombre Ilia Zdanevich, artista, escritor y editor, amigo de Dora Maar, adoraba a los gatos. El gran problema era qué hacer cuando sus gatas tenían gatitos. En 1956 se le ocurrió imprimir un pequeño texto con un dibujo de Dora Maar anunciando a todos el nacimiento de gatitos. El texto es el siguiente: “Chalva e Iliazd tienen el honor de comunicarles el nacimiento, el 14 de septiembre en Trigance (Var), de cinco gatitos de raza doméstica en buena salud, que ya han llegado a París con la esperanza de que ustedes podrán cumplir sus deseos y adoptar a uno de ellos. París, 24 de octubre de 1956”.

Dibujo de Dora Maar

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