La artista sinoamericana Anita Yan Wong ha dedicado dos libros de dibujos a los gatos utilizando un proceso muy parecido al de la caligrafía china que, a pesar de su aparente sencillez, requiere una larguísima práctica hasta conseguir trazos perfectos.
La pintora es conocida por su dominio de un estilo único de pintura, el Lingnan, llamado también Escuela Cantonesa. Surgida en la provincia de Guangdong en el siglo XIX, fue considerada revolucionaria e innovadora comparada a la pintura tradicional china.
Anita Yan Wong nació en Pekín y su familia se fue a vivir muy pronto a Hong Kong. Al contrario de los niños de su edad, preferiría quedarse en casa dibujando a jugar en los parques, por lo que su madre la llevó a la maestra Hsin Pengjiu, una respetada pintora de la escuela Lingnan que le enseñó el estilo guóhuà.
Más tarde, su madre buscó un maestro de estilo más occidental con el que aprendió técnicas básicas, como el dibujo y la acuarela, antes de ingresar en la Escuela Politécnica de Hong Kong, más enfocada en las aplicaciones modernas del arte. Lógicamente, y a pesar de su amor por las bellas artes, pensó que su carrera estaba destinada a las artes gráficas.
Se trasladó a Londres a los 16 años para estudiar en la facultad Central Saint Martins, de la Universidad de las Artes de Londres, donde se diplomó en Artes Gráficas. A continuación obtuvo dos másters en Fotografía Digital y Artes Digitales en el Colegio de las Artes de Maryland (MICA). Acabó dando clases en este centro, así como también en la Universidad Temple de Filadelfia.
Enseñar en dos escuelas distantes casi doscientos kilómetros no le dejaba mucho tiempo para pintar. En 2015, después de enseñar durante más de diez años, se centró en su trabajo como pintora.
Reconoce que no sabía realmente qué dirección tomar, pero no quería que su obra fuese descrita como tradicional, moderna o contemporánea porque, según ella, las etiquetas tienden a encasillar al artista. Y añade: “Me había pasado la vida viviendo en lugares diferentes, Pekín, Hong Kong, luego Londres y Estados Unidos, y me di cuenta de que mi identidad era un enigma; de hecho, lo sigue siendo”.
“Me sentía algo perdida y empecé a meditar”, sigue diciendo. “Fue entonces cuando visualicé ‘Los nenúfares’, de Monet, y vi las similitudes entre los impresionistas y el estilo guóhuà, la importancia de los nenúfares en el guóhuà budista y de la pincelada en el impresionismo. En ese momento, todo encajó”.
Al preguntarle por los artistas qué más le han influido, contesta que siempre se ha esforzado en desarrollar un estilo propio. “Es verdad que Chao Shao An me influyó mucho cuando era más joven. Es el creador de la pintura Lingnan, y su alumna fue mi maestra. Louise Bourgeois es otra artista a la que admiro mucho. La primera vez que vi una exposición suya en Londres, me hizo pensar en las pinturas con tinta china. Además, sus esculturas ‘Araña’ no se parecen realmente a arañas, tira más hacia lo abstracto, y eso me gustó mucho”.
En 2018 dedicó una serie a los perros para celebrar el año del Perro en el calendario chino. “Hace mucho que no voy a Hong Kong y es mi forma de volver a conectar con mi cultura”, explica. Sin embargo, inició la serie con unos tigres después de ver un documental acerca de la rápida desaparición de esos animales en su hábitat natural.
En la misma época empezó a pintar unos tigres muchos más pequeños, gatos, y todo por culpa de Tux. Para entonces, la artista se había mudado a California y el gato Tux había entrado en su vida. Apareció un día mientras Anita Yan Wong daba un paseo por el barrio y la acompañó: “Venía cada día conmigo cuando salía a dar un paseo. Me inspiraron su pelo negro brillante, sus movimientos, y me lancé a realizar una serie”.
Esa serie se llamó “Jumping Kittens” (Gatitos saltando) y no tardó en transformarse en el libro “Ink Kittens” (Gatitos de tinta), publicado el 21 de agosto de 2020 con 38 dibujos de gatos en diversas posiciones realizados con unas cuantas pinceladas. “Solo utilicé tinta negra para sumi-e (una técnica de dibujo monocromático) y dos pinceles de caligrafía para reproducir a mi amigo Tux. Tengo la impresión de que un gato aporta energía a mis proyectos, movimiento a mi pincel, y tranquilidad a mi vida”.
En mayo de este año publicó un segundo libro dedicado a los gatos, “Cat Philosophy: When Cats Meet the Greatest Minds” (Filosofía gatuna: Cuando los gatos y las grandes mentes se conocen), en el que citas de artistas, escritores, científicos, filósofos y líderes mundiales amantes de los gatos están acompañadas por sus dibujos.
“No soy capaz de empezar un proyecto a menos que me sienta realmente inspirada, y últimamente lo único que me interesa son los gatos”, reconoce. “A menudo empiezo documentándome, haciendo fotos a los gatos que encuentro, buscando en Internet e incluso yendo a eventos felinos durante los fines de semana”.
Estamos convencidos de que Anita Yan Wong tiene uno o varios gatos. Posiblemente Tux sea el primero que entró en su vida, pero alguno más ha debido seguir sus pasos e instalarse en su casa. También esperamos que sigan siendo una inspiración para ella porque sus dibujos son auténticas joyas. Les dejamos tres enlaces por si quieren ver algo más de la obra de la artista.
https://www.anitayanwong.com/ https://www.instagram.com/anitayanwong/?hl=es https://www.amazon.com/author/anitayanwong