En realidad deberíamos titular esta entrada «Gatos y anuncios anteriores a los años sesenta» porque vamos a centrarnos sobre todo en la década de los cincuenta. En el anuncio del perfume «My Sin», de Lanvin, para su lanzamiento en Estados Unidos, se ve el dibujo de un gato negro con el eslogan: «My Sin… un perfume de lo más provocador». En principio no sorprende ver a un gato asociado a un perfume y se nos ocurrió buscar más anuncios de perfumes con gatos. Pero los gatos en la publicidad de perfumes de alta gama escasean.
En perfumería, aparte de Lanvin, que también tiene otro anuncio posterior del mismo perfume con la foto de un gato persa negro, encontramos dos de colonias clásicas, uno para el talco francés Vivaudou, otro de una crema depilatoria que incluimos y tres de jabones, de los que uno es francés y los otros dos, estadounidenses.
Después de una búsqueda más general nos quedamos realmente boquiabiertos. Nunca se nos habría ocurrido asociar al gato con el tabaco, pero sin esforzarnos mucho encontramos tres marcas que utilizaban al felino en sus cajetillas o en sus anuncios. La primera, desde luego, es la famosa Black Cat, del Reino Unido, una empresa fundada por José Joaquín Carreras, cuyo padre tenía una conocida tienda en la calle Wardour. Los clientes la llamaban «tienda del gato negro» por el gato común, negro como un tizón, que siempre dormía en el escaparate. Hoy no diremos nada más al respecto y reservaremos el resto de la historia para otra entrada. La marca SG en Portugal también usaba a un gato, pero este tiene un cigarrillo encendido en la boca, y el tabaco para pipa Meerschaum muestra a una gata madre con gatitos en un anuncio bastante incomprensible.
Que un cacao se anuncie con un gato tiene cierta lógica; un chocolate caliente, el calor del hogar, etcétera… Incluimos un anuncio holandés y otro inglés de Cardbury donde se juega con la pureza del cacao y la blancura del gato. En Francia, la marca Poulain anunciaba sus tabletas con un gato, y en Alemania, la marca Trumf utilizaba a un gato con botas y el eslogan «A la conquista del mundo».
Ahora bien, ¿qué tienen que ver los gatos con la fruta? Encontramos dos anuncios de cítricos, uno español y otro estadounidense. No incluimos aquí el anuncio de las sardinas Miau que, al fin y al cabo, es el que tiene la relación más directa entre producto y felino.
Y siguiendo con los alimentos, descubrimos cinco anuncios de quesos franceses con gatos. ¡Cinco nada menos! Aquí vemos dos de Camembert pero ¿los gatos y el Camembert? Con la leche, de acuerdo, pero a muy pocos gatos les gusta el queso, y menos el Camembert si está muy hecho. ¿La asociación leche-gato? Puede que sea eso, ya que hacen falta muchos litros de leche entera para hacer un buen Camembert.
Para acabar con la sección alimentos y recopilando, las sardinas Miau, cinco chocolates, dos leches, cinco quesos y dos frutas, un almidón alemán y una levadura estadounidense usaban a un gato en su publicidad.
Pero reconocemos que nuestra mayor sorpresa llegó con las bebidas alcohólicas. ¡Seis marcas con un gato! En el anuncio de la absenta Pontarlier se ve a un gato bebiendo en una copa, y en el licor de ginebra Old Tom de Boord & Son, el gato está sentado en un sillón como una persona. Este último tiene sentido ya que «tom cat» en inglés se refiere al gato macho entero, por lo tanto «Old Tom» es una forma cariñosa de llamar a un gato. ¿La absenta y el gato? Los poetas de finales del XIX bebían absenta y admiraban al misterioso animal nocturno. No se nos ocurre nada más. Otro anuncio uruguayo corresponde a un «cognac español»; otro a una cerveza; un quinto a un bíter, y el último al vino verde portugués Gatão.
El gato también aparece en cuatro anuncios de calzado, de los que tres son franceses, y de esos, dos son pantuflas. El cuarto es una publicidad de betún. Aparece en numerosos anuncios de ropa, sobre todo de medias, donde suele verse a un gato frotándose contra las piernas de una mujer, pero el mejor de todos es el anuncio de las fajas Viso Gurtel que se ve aquí.
Para terminar hay unos cuantos «varios», como las pilas estadounidenses Eveready y sus nueve vidas, los televisores Philips y Ferguson, así como el esmalte para retocar estufas «Black Cat».
Los anuncios de entonces, en muchos casos, tenían sentido del humor y se limitaban a carteles, anuncios en periódicos y revistas, y placas metálicas colgadas en tiendas y talleres. Quizá estemos equivocados, pero no recordamos haber visto campañas publicitarias con gatos, a excepción de las realizadas para su comida. Nos preguntamos si el significado del gato no ha cambiado desde los años cincuenta a hoy.