
Peter Matthiessen es el autor de libros como «The Snow Leopard» o «At Play in the Fields of the Lord», publicados en España con los títulos de «El leopardo de las nieves» y «Jugando en los campos del Señor», ambos en Ediciones Siruela. Quizá sea más conocido por sus escritos de no ficción que por sus novelas; sin embargo, es el único autor estadounidense que ha ganado el Premio Nacional del Libro por una obra de no ficción (El leopardo de las nieves, 1979) y de ficción (Shadow Country, 2008), esta última publicada en España como «País de sombras» por la Biblioteca Formentor en 2010.
Nació en Nueva York el 22 de mayo de 1927, hijo de Erard y Elizabeth Matthiessen, en el seno de una familia adinerada y de clase alta con antepasados escandinavos. Su padre era arquitecto, pero abandonó la profesión después de la II Guerra Mundial para dedicarse plenamente a la Sociedad Audubon, dedicada a la conservación de la naturaleza. La familia vivía entre Nueva York y Connecticut. Desde pequeño demostró un profundo afecto por los animales, que posteriormente influyó en sus obras como naturalista. Se formó en las mejores escuelas preparatorias antes de ingresar en la Universidad de Yale, donde estudió Literatura y Zoología. Sin embargo, siempre intentó deshacerse del yugo que le imponía su cuna, y a los 15 años pidió oficialmente que se borrara su nombre del famoso «Social Register», en el que aparecen los 25.000 nombres de más abolengo de Estados Unidos. Por cierto, en 1988 eran 35.000. En general, para entrar en esta lista, hay que ser blanco, y pertenecer a una familia rica, respetada y discreta desde hace generaciones.
Después de licenciarse en la universidad, se casó con Patsy Southgate y la pareja se instaló en París porque él quería ser escritor. Decidido a no pedir dinero a su familia, aceptó una oferta de la CIA y se convirtió en espía en una ciudad «repleta de espías», según él. Corría el año 1950. Ya se sabe que el Departamento de Literatura Inglesa de Yale era un semillero de futuros espías entre los años treinta y cincuenta. De allí salió James Jesus Angleton, el más famoso maestro de espías de la historia de Estados Unidos.
Una vez en París, fundó la revista literaria «The Paris Review» con su amigo de infancia George Plimpton. Muchos años después, en 2008, reveló en una entrevista que había concebido la revista como una tapadera para sus actividades como agente secreto. Esto no le sentó nada bien a George Plimpton, pero Matthiessen insistió en que la CIA nunca se metió con el contenido de la revista. También dijo en repetidas ocasiones que trabajó para la CIA porque le ofrecieron una estancia gratuita en París. La revista publicó a Kerouac, Samuel Beckett, Philip Roth, Adrienne Rich, Norman Mailer, a todos los grandes escritores de posguerra, y acaba de celebrar sus 65 años de vida.
Regresó a Estados Unidos en 1954, año en que cortó con la CIA, y se divorció de su mujer en 1956. Tres años después publicó su primer libro de no ficción, «Wildlife in America», atrayendo la atención de la revista New Yorker, que le encargó varios reportajes en defensa de la naturaleza. Escribió artículos sobre animales, naturaleza y tribus de América del Sur, Nueva Guinea, Siberia y África Oriental.

Su primer libro superventas fue «El leopardo de las nieves», mezcla de autobiografía espiritual con la búsqueda del huidizo felino en el Himalaya en compañía del biólogo George Schaller. La crítica alabó una prosa pulida, directa y observante. Escribió dos libros en defensa de los indios nativos norteamericanos, el más famoso fue «In the Spirit of Crazy Horse»(1983), publicado en España por Mandala en 2006 con el título de «En el espíritu de Caballo Loco», en el que atacaba abiertamente la forma en que el gobierno federal trataba a los indios americanos y afirmaba la inocencia de Leonard Peltier, condenado a cadena perpetua por el asesinado en 1975 de dos agentes del FBI en Dakota del Sur. El gobernador de Dakota del Sur, William Kanklow, se querelló contra Peter Matthiessen. La demanda fue desestimada por los tribunales, pero Peltier sigue encarcelado.
Hace muchos años, a finales de los setenta, se compró una vieja casa con cerca de dos hectáreas de terreno en Sagaponack, Long Island, y muy pronto le imitaron otros autores, James Salter, E.L. Doctorow y Kurnt Vonnegut, entre otros. Esta casa fue su hogar para el resto de su vida.
Fue un autor prolijo, con más de treinta títulos publicados entre novelas, colecciones de relatos y no ficción. Una vez dijo: «Fijaos en lo que estamos perdiendo. Pisoteamos nuestro hábitat, a los pueblos nativos. Intento describir todo esto antes de que se pierdan para siempre». Se casó en tres ocasiones, la última vez con Maria Eckhart en 1980. Su segunda mujer, Deborah Love, falleció de cáncer a los 44 años, después de introducirle en el zen. Cuando Peter Matthiessen falleció a los 86 años, el 5 de abril de 2014, era un roshi y el receptor de una ley (dharma) que lleva transmitiéndose 2.500 años, 82 generaciones, desde el mismo Buda.
Su última novela fue «In Paradise» (En el paraíso) (Biblioteca Formentor, 2015), un título de lo más irónico ya que trata del horror en los campos de concentración nazis y de la imposibilidad de negar la existencia de estos.
No hemos encontrado un solo comentario acerca de Peter Matthiessen y de sus gatos, únicamente tres fotos con tres gatos diferentes en tres épocas diferentes. Aun así, nos atrevemos a afirmar que el autor tuvo gatos. No cabe duda de que el rayado sentado en su regazo, impidiéndole leer, vivía con él, como también el blanco que mira a cámara en una foto de unos años antes y el negro al que acaricia.
Bonito e interesante artículos.
Muchas gracias, Juanjo.