
La única foto de Martine Franck con un gato es la de la sombra de la fotógrafa y el gato Ulises tumbado cómodamente en un sillón. Pero existe otra foto de Henri Cartier-Bresson tumbado en una cama con el mismo gato, por lo que deducimos que Ulises era el gato de ambos.


Martine Franck nació el 2 de abril de 1938 en Ámberes, Bélgica, hija de Louis Franck, un banquero belga y de la inglesa Evelyn. Cuando empezaron las hostilidades de la II Guerra Mundial en 1939, su padre se unió al ejército británico y mandó a su familia a Estados Unidos. Al terminar el conflicto armado, ingresó en un internado del Reino Unido y su madre le mandaba una postal cada día, en general de un cuadro.

Estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid durante dos años y en 1958 se matriculó en la Escuela del Louvre. Unos años después, mientras defendía su tesis sobre el escultor Henri Gaudier-Brzeska, conoció a Ariane Mnouchkine (fundadora del Théâtre du Soleil), con la que se llevaba un año y que sería su amiga de por vida. Martine comprendió que no estaba hecha para la enseñanza del arte y empezó a interesarse por la fotografía.


En 1963, las dos mujeres emprendieron un viaje que las llevó a China, Japón, India, Camboya, Nepal, Pakistán e Irán. Martine, armada con la Leica de su primo, realizó una serie de fotos sorprendentes que presentó a Time-Life a su regresó a París al cabo de un año. La revista la contrató; y fue la ayudante de Eliot Elisofon y Gjon Mili (https://gatosyrespeto.org/2016/03/31/el-gato-blackie-y-el-fotografo-gjon-mili/) antes de independizarse.
Sus retratos de artistas, intelectuales y escritores aparecieron en numerosas revistas de la talla de Life y Vogue, así como en el diario New York Times. A menudo los retrataba en compañía de sus gatos, pero no sabemos si insistían en ello los que posaban o si era idea de Martine. Muchos de los fotografiados se convirtieron en sus amigos.


En 1966 conoció a Henri Cartier-Bresson (https://gatosyrespeto.org/2014/10/31/el-fotografo-y-el-gato-ulises/), quince años mayor que ella, y se casó con él en 1970. Ese mismo año debía realizar su primera exposición en solitario en el ICA londinense, pero cuando vio que la invitación indicaba que su marido estaría presente en la inauguración, prefirió cancelarla.

También en 1970 se unió a la agencia Vu, fundada por Pierre de Fenoÿl, y dos años después cofundó la agencia Viva con Hervé Gloaguen, Guy Le Querrec, François Hers, Jean Lattes y Richard Kalvar, un grupo de fotógrafos decididos a sacudirse las reglas algo obsoletas del fotoperiodismo de la época.

No se unió a la agencia Magnum hasta 1983, cuando se lanzó en un importante trabajo a favor de los derechos de la mujer encargado por el ahora inexistente Ministerio de los Derechos de la Mujer. No dudó en titular una serie de fotos sobre las mujeres creadoras como “Las mujeres y la creación”. Años después, en uno de sus últimos proyectos, recorrió pueblecitos del estado de Guyarat, en el oeste de la India, para fotografiar a niñas bordando sus dotes desde edades muy tempranas.


Realizó numerosos reportajes de apoyo a causas sociales, como la Asociación de los Hermanos de los Pobres, además de interesarse por la soledad, la pobreza, la exclusión y la enfermedad, quizá influida por Dorothea Lange, una fotógrafa a la que admiraba profundamente.
Otro conocido reportaje suyo es el que realizó entre 1993 y 1997 durante varias visitas a la isla de Tory, en el condado de Donegal, Irlanda, que contaba con 130 habitantes de habla gaélica, para documentar su dura vida. Y también tenían gatos.


No compartía la opinión de Eve Arnold, compañera en la agencia Magnum, en cuanto a que para ser fotógrafo es necesario ser entrometido. En una ocasión dijo: “Creo que era tímida de joven, pero me di cuenta de que la fotografía me aportaba un medio ideal para expresarme, para mostrar a los demás qué pasaba sin necesidad de hablar”.


A partir de 2002 se volcó con su hija Mélanie en la organización de la Fundación Henri Cartier-Bresson, de la que fue presidenta a partir de 2004, año en que falleció Cartier-Bresson. En 2005, el Estado francés le otorgó la Legión de Honor, el mayor reconocimiento del país.

Le diagnosticaron cáncer de médula ósea en 2010, pero aun así siguió trabajando y exponiendo. Ese año, el Chanel Nexus Hall de Tokio presentó la exposición “Mujeres”, y en 2011, la Casa Europea de la Fotografía de París organizó la exposición “Vénus d’ailleurs” (Venus de otros lugares), una serie de 62 retratos de artistas realizados entre 1965 y 2010 en sus talleres, entre ellos Miquel Barceló, Marc Chagall, Fernando Botero, Léonor Fini, Ousmane Sow, Zao Wou Ki.

Otros cien retratos se expusieron en la Galería Claude Bernard en marzo y abril de 2012. Y en junio siguiente, la Galería Howard Greenberg de Nueva York presentó “Peregrinaciones”, dos meses antes de su muerte el 16 de agosto de 2012 a los 74 años.

Siempre reconoció que sus grandes influencias fueron la fotógrafa Julia Margaret Cameron, por sus retratos, así como las estadounidenses Margaret Bourke-White (https://gatosyrespeto.org/2019/03/07/gatos-fotos-y-margaret-bourke-white/), por su vertiente documentalista, y la antes mencionada Dorothea Lange.

Publicó nueve libros de fotografías. En una entrevista al New York Times en 2010 dijo que la fotografía “encajaba bien con la curiosidad que sentía por las personas y las situaciones humanas”.

Acabaremos esta entrada con una preciosa foto de Mélanie, la hija de Martine Franck y de Cartier-Bresson, sentada en una silla con un gato o gata persa, tomada en Burcy, un pueblecito de la Bretaña francesa, en 1978.
