El gato Murr

El libro se titula en realidad “Opiniones del gato Murr”, y es la segunda y última novela de su autor, E.T.A. Hoffmann, nacido el 24 de enero de 1776 en Königsberg, Prusia. Ha sido traducido a un sinfín de idiomas y, sinceramente, si no lo han hecho, merece la pena leerlo. Es divertido, irónico, entrañable, inquietante y mucho más.

Edición alemana reciente
Edición alemana 1855

El gato Murr es autodidacta, lee y escribe sin la menor dificultad. No vayan a creer que se inclina por historietas o novelitas, no, para nada, Murr dedica su tiempo a la Filosofía. En la introducción a la autobiografía del gato Murr, el supuesto editor dice que este libro, más que cualquier otro, necesita un prólogo, dada la extraña forma en que está compuesto. Quizá sea mejor resumir brevemente esta introducción.

Edición inglesa
Edición francesa

Dicho editor tenía un amigo muy querido que le rogó encarecidamente que se hiciera cargo del manuscrito de un joven autor. Prometió encontrar un impresor y quedó bastante sorprendido al descubrir que el manuscrito contenía la vida y las opiniones de un gato escritas por él mismo. Pero había dado su palabra, y ya que el estilo de las primeras páginas le pareció brillante, se lo entregó a un impresor.

Edición española
Edición italiana

Cuando le llegaron las pruebas de imprenta, vio con horror que algunos fragmentos de otra biografía se entremezclaban con los trepidantes hechos de la vida de Murr, concretamente la del maestro de capilla Johannes Kreisler. Le costó algún tiempo elucidar el misterio, pero lo consiguió.

Edición lituana
Edición turca

Cuando Murr empezó a escribir sus opiniones, encontró otro libro en el estudio de su amo y procedió a arrancar las páginas y a colocarlas como papel secante entre las suyas. Estas páginas no se entresacaron del manuscrito y fueron impresas como si formaran parte de la biografía.

Edición Zúrich, 1914
Edición finlandesa

El editor reconoce humildemente que él tuvo la culpa, pero se consuela enseguida. El lector evitará fácilmente cualquier confusión, ya que cuando se pasa a los hechos de Kreisler se indica con las letras P.d.D. (papel de deshecho) y cuando se vuelve al gato Murr, con M. cont (Murr continúa). Y añade que los amigos del maestro de capilla se alegrarán de conocer las extrañas circunstancias de su vida.

Pero hablemos un poco del hombre que decidió escribir una autobiografía felina. E.T.A. Hoffmann fue jurista, pintor, músico y escritor. La “A” de su tercera inicial corresponde a Amadeus, nombre que adoptó a los veintiocho años debido a su admiración por Mozart. No tuvo una infancia muy feliz. Sus padres se divorciaron cuando era aún muy joven y su madre, propensa a la depresión, regresó con su familia.

E.T.A. Hoffmann, autorretrato

Creció en una casa con su abuela materna, tres tías y un tío tan malhumorado como estricto. Pero la vida musical en la ciudad de Königsberg era muy activa y la familia celebraba veladas musicales con regularidad. A los 16 años ingresó en la Universidad para estudiar derecho, muy a pesar suyo, pero acabó gustándole y se convirtió en un buen abogado.

El gato Murr, por Diana Ringo
El gato Murr, por Josef Hegenbarth

Durante el tiempo de prueba en el tribunal de Königsberg, Hoffmannn daba clases de piano y se enamoró perdidamente de una de sus alumnas, que no había cumplido los treinta años, pero estaba casada con un hombre de sesenta. A pesar de la oposición del marido, la relación duró hasta 1798, aunque de modo epistolar en los últimos años.

El gato Murr, por Carl Spitzweg

Un año después dio al traste con su nuevo puesto de “asesor del gobernador” de Posen al realizar caricaturas de varios notables de la ciudad y distribuirlas durante los carnavales de 1802. Exiliado a Plock hasta 1804, se casó con Michaelina Rorer, hija de un secretario de juzgado polaco.

El gato Murr, por Harald Metzkes

Destinado a Varsovia, rehusó jurar lealtad a Napoleón en diciembre de 1806 y perdió el trabajo. Su esposa regresó a Posen con Cecilia, la hija de ambos, nacida en 1805 y fallecida en 1807, y Hoffmann se fue a Berlín y poco después consiguió el puesto de director en el teatro de Bamberg. Fueron años muy difíciles, y cuando Joseph Seconda le ofreció ser director musical de su compañía operística, los Hoffmann se trasladaron a Dresden en 1813.

Maximilian Liebenwein (Edición de 1923)
Maximilian Liebenwein

No tardó en discutir con Seconda y el matrimonio partió hacia Berlín en 1814. Allí consiguió trabajo en el tribunal de la Corte. Su ópera “Undine” se estrenó con mucho éxito, pero el teatro ardió después de veinticinco representaciones. A partir de 1819, Hoffmann se vio envuelto en varios litigios debido a sus opiniones liberales y a sus caricaturas. Falleció de sífilis el 25 de junio de 1822, en Berlín, a los 46 años.

Volvamos al gato Murr. En la edición original alemana hay un dibujo del gato Murr, obra de Hoffmann, en la portada (reproducido en la edición inglesa de 1999). En mayo de 1820, Hoffmann escribió a su amigo el Dr. Friedrich Speyer: “Un gato auténtico al que había criado, un gato macho de gran belleza (su semblanza está bastante bien reproducida en la portada) y de aún mayor inteligencia, me dio pie para la divertida broma que se abre camino entre una obra muy seria”.

El gato Murr visto por E.T.A. Hoffmann (Primera edición)

El verdadero Murr murió, tal como cuenta Hoffmann a sus lectores al final del segundo volumen, a finales de noviembre de 1821. El escritor mandó una necrológica a sus amigos, como si se tratara de un ser humano: “En la noche del 29 al 30 de noviembre, después de una breve aunque grave enfermedad, mi amado protegido, el gato Murr, dejó esta vida por un mundo mejor, falleciendo el cuarto año de una prometedora carrera. Los que han conocido al joven desaparecido, que le vieron seguir el camino de la virtud y de la justicia, entenderán mi dolor y lo honrarán con su silencio”.

La muerte del gato Murr
Michael Gavrichkovym

Se sabe que la novela fue escrita entre 1819 y 1821. Murr debió de ser un gato muy querido que acompañaba al escritor en su estudio y al que observaba mientras dormía entre papeles y libros. Las convenciones sociales y literarias son víctimas de la pluma de Hoffmann. Murr, un gato bastante pedante, nunca deja de ironizar acerca de los ideales de la época.

E.T.A. Hoffmann y Murr en Bamberg

E.T.A. Hoffmann no tuvo una vida fácil; tendía a expresar sus opiniones en unos años muy antiliberales, a burlarse de políticos y nobles, y de vez en cuando, a enamorarse de quien no debía.

Michael Gavrichkovym (Edición rusa de 2018)
Michael Gavrichkovym
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