Con apenas 1,5 kilos de peso (casi 300 veces menor que un tigre), el gato herrumbroso (Prionailurus rubiginosus) es el más pequeño del mundo, aún más pequeño que el gato patinegro de Sudáfrica (https://gatosyrespeto.org/2020/10/01/el-gato-patinegro-felis-nigripes/) y el kodkod de Sudamérica (https://gatosyrespeto.org/2020/08/06/dos-gatos-sudamericanos-el-geoffroy-y-el-kodkod/).
Aunque es endémico de los bosques secos de hoja caduca de India, Sri Lanka y Nepal, la población en India está muy fragmentada debido a la intensa irrigación para la agricultura, con el consiguiente impacto negativo en su principal hábitat.
Aún nos queda mucho por aprender de estos gatos huidizos. Se sabe que son nocturnos, buenos trepadores y que se alimentan principalmente de roedores, pájaros, lagartijas e insectos. Por su tamaño, agilidad y velocidad, se les describe a menudo como los “colibrís” de los gatos.
Se les conoce por ser grandes cazadores capaces de enfrentarse a presas del mismo tamaño que ellos, como las gallinas, lo que no suele granjearles amigos entre los campesinos. Parece ser que el naturalista del siglo XIX T.C. Jerdon consiguió domesticar a un gato herrumbroso y que un día, al presentarle a una joven gacela, se lanzó a su cuello sin dudarlo un momento. Afortunadamente, la gacela no resultó herida gracias a la rápida intervención del científico.
Como hemos dicho antes son muy buenos trepadores, y no cabe duda de que no solo cazan en el suelo, sino también en los árboles. En Sri Lanka se les ha visto apostados cerca de termiteros, sobre todo después de que haya llovido, para alimentarse de los insectos.
Hasta no hace mucho se pensaba que solo vivían en bosques húmedos, pero se ha descubierto que se adaptan a otros hábitats, como selvas secas, bosques de bambúes, praderas boscosas, zonas de matorrales áridos e incluso colinas rocosas. Han sido vistos desde el nivel del mar hasta los 2.100 metros en Sri Lanka.
En el este de Guyarat, en India, viven en cuevas y se refugian entre las rocas. Se apostan en las ramas y se lanzan directamente contra la presa que está en el suelo. Como los roedores prefieren las zonas cultivadas, el gato herrumbroso tiende a vivir principalmente en la linde de los bosques. Durante la estación de lluvias, el gato de la jungla (Felis chaus) (https://gatosyrespeto.org/2016/06/09/el-gato-de-la-jungla-que-no-vive-en-la-jungla/) invade el territorio del gato herrumbroso para cazar ranas, y entonces el pequeño felino prefiere mantenerse a una prudente distancia de su primo de mayor tamaño.
Incluso llegan a vivir en casas abandonadas de zonas muy pobladas y bastante alejadas de los bosques, que siempre se han considerado su hábitat natural, posiblemente por la proliferación de ratas, ratones y gallinas.
Su cuerpo es más delgado y pequeño que el del gato doméstico, y el pelo es corto y suave, de color grisáceo y marrón rojizo, salpicado por manchas color de herrumbre (de ahí su nombre). Presenta barras horizontales en las patas y pecho; la tripa y la parte interior de las patas son blancas. La cabeza es redonda con rayas en la frente y en las mejillas. Tiene los ojos grandes, bastante redondos, de color marrón o ámbar; las orejas pequeñas y redondeadas. Es algo paticorto, con las almohadillas negras. El rabo, no extremadamente largo, es de un color más herrumbroso que el resto del cuerpo y sin ninguna marca.
Son animales solitarios cuyo comportamiento reproductivo, al parecer muy similar al del gato doméstico, solo ha podido observarse en cautividad. El apareamiento dura unos cinco minutos y puede repetirse varias veces en un día. La mayoría de las hembras permanecen en celo unos tres días. El periodo de gestación es de unos 65 días y la gata pare entre uno y tres gatitos en una madriguera muy protegida. Los cachorros no pesan más que un huevo, carecen de las manchas color de herrumbre de los adultos y tienen ojos azules. En cautividad, el gato herrumbroso puede vivir hasta doce años; ignoramos su longevidad en la naturaleza.
A pesar de carecer de muchos datos sobre la población actual, se calcula que el número de gatos herrumbrosos no alcanza los diez mil individuos adultos, por lo que ha pasado de especie casi amenazada (T) a vulnerable (VU) en la lista roja de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Las amenazas más habituales son la deforestación, los cultivos extensivos, la hibridación con gatos domésticos, la caza furtiva y la venta ilegal para convertirlos en supuestos animales “domésticos”.
El estado de Maharastra, cuya capital es Bombay, tiene grandes zonas de bosques semiáridos que ofrecen el perfecto hábitat para el tímido gato herrumbroso; sin embargo la siempre creciente población y la expansión de los cultivos hacen que los pueblos estén cada vez más cerca de estos bosques. En consecuencia, los animales “salvajes” y los seres humanos deben convivir con los consecuentes conflictos. Peor aún, al ser tan pequeños, a menudo se les toma por cachorros de leopardo y se les mata sin piedad. También deben resguardarse de las manadas de perros salvajes.
La buena noticia es que, a pesar de haber considerado al diminuto gato herrumbroso como un animal poco habitual, los estudios más recientes sugieren que quizá sean más numerosos de lo que se creía hasta la fecha. Gracias a su habilidad para cazar roedores, pueden vivir cerca del ser humano siempre y cuando este no decida perseguirlos.
Otro peligro podría ser que se pusiera de moda y que haya gente que desee “domesticarlos”. No nos cabe en la cabeza que alguien piense que un animal nacido para vivir en total libertad pueda adaptarse a una vida domesticada. Ni tampoco cómo se puede considerar a un animal como un trofeo y creer que basta con comprarlo para poseerlo.