El pasado 11 de agosto, hace una semana, murió Jean-Jacques Sempé, padre del humor intemporal, alejado de la actualidad mediática, pero totalmente contemporáneo. Un humor basado en la observación, la paciencia, la elegancia, la sencillez y la sofisticación. Quizá por eso muchos compararon a Sempé (nadie le llamaba Jean-Jacques) con un gato, incluso algunos llegaron a decir que era un gato. Tiene sentido porque, ¿qué otro animal reúne todas estas cualidades?

Jean-Jacques Sempé

El gato ocupa un lugar de cierta importancia en las viñetas de Sempé, siempre reaparece, y suele hacerlo casi siempre de dos formas: el gato solo en casa, cuando no están los humanos, y el gato de piso que observa por la ventana. Puede que una de las más conocidas sea la del gato asomado a la única ventana entre cientos de libros colocados en estanterías.

Aquí la mostramos en tres versiones: El gato negro rodeado de libros coloreados, una en blanco y negro con más libros y la misma como portada del libro “Insondables mystères” (Misterios insondables), para la que fue dibujada.

En diciembre de 2020, la periodista Stéphane Dreyfus, del periódico La Croix, entrevistó a Sempé en su piso del barrio de Montparnasse. Lo primero que vio fue una gata cómodamente instalada en una butaca entre un piano y una estantería que protestó con fuerza cuando se la apartó para que la periodista se sentara.

“Es la pequeña Nefertiti”, le dijo Sempé. “Tiene muy mal carácter, pero la adoro. Los gatos son misteriosos, elegantes, indolentes. Nunca se sabe lo que piensan, y eso me divierte. ¿Lo ha visto? Se ha frotado contra su bolso para saber a qué ha venido. La independencia y la libertad de los gatos me gusta mucho; como dibujante, aspiro a algo parecido”.

Durante la entrevista también dijo: “Para ser intemporal, el dibujo debe nacer en el corazón y tener paciencia e inteligencia para animarlo con una reflexión, algo que no siempre me ocurre”. A lo que añadió: “Cuanto más sencillo, más complicado. Sitúo mis dibujos en una semblanza de realidad, distorsionada e inventada. Me fijo mucho en los detalles porque crean un ambiente donde puedo imaginar. No creo ser un buen observador, pero recuerdo las atmósferas, las vivo de forma impresionista”.

En general, las viñetas de Sempé no hacen reír; como mucho sacan una media sonrisa por su melancolía, pero algunas son irresistibles, como la de la madre gata y su prole contemplando el frenesí humano. Ella les explica: “Vuestro abuelo Champollion (nunca me enteré de por qué le habían puesto ese nombre) consiguió descifrar su idioma porque se dio cuenta de que una palabra se repetía contantemente, y era ‘tiempo’. ‘No tengo tiempo’, ‘tiempo de trabajo’, ‘falta de tiempo’, ‘denos tiempo’. Murió sumido en la desesperación, ya que nunca consiguió captar su significado”.

Más tristes son las de los gatos mirando por la ventana, como la que reza (aquí, en portugués): “No te preocupes, solo hacen ver que se divierten”. Gatos bien cuidados, bien comidos, que no pasan frío, que observan desde lejos el exterior, no sabemos si con despreocupación o deseosos de conocerlo.

Sempé creó un personaje muy famoso, el pequeño Nicolás, para ilustrar las historias de su gran amigo René Goscinny (creador de Astérix el Galo y Lucky Luke, entre otros), al que conoció en 1954 mientras ambos trabajaban en una agencia de prensa belga, la World Press. Aquí vemos a Nicolás descubriendo a un gato: “Pero si es un gato”. “Miau”. “Un gatito de nada, más bonito imposible”.

El pequeño Nicolás

Nacido el 17 de agosto de 1932 en Pessac, una pequeña ciudad cercana a Burdeos, no tuvo una infancia fácil. De padre desconocido, le adoptó el Sr. Sempé, con el que su madre se casó y tuvo otros dos hijos. El Sr. Sempé era un representante de conservas que vendía desde su bicicleta, y el poco dinero que ganaba solía desaparecer en el bar de la esquina, lo que daba pie a terribles enfrentamientos con su madre.

Dejó el colegio a los 14 años, después de estar dos años sin ir durante la II Guerra Mundial. Empezó vendiendo pasta de dientes en polvo puerta a puerta y luego vinos. En 1950 consiguió que el periódico Sud-Ouest aceptase dibujos suyos firmados con el seudónimo DRO (de “draw” en inglés, dibujar). Ese mismo año falsificó su documentación para poder ingresar en el ejército y le destinaron a París.

En 1953 ya publicaba en revistas humorísticas. Un par de años después colaboraba regularmente en Paris Match y desde 1957 en revistas estadounidenses como Punch y Esquire. De 1965 a 1975, sus viñetas aparecieron en el semanario L’Express, en el diario Le Figaro y en el semanario Le Nouvel Observateur.

En 1978 dibujó su primera portada para The New Yorker, la famosa revista cultural estadounidense, para la que acabaría haciendo un centenar, al menos cinco de ellas protagonizadas por un gato. La revista le homenajeó en 2014 publicando on line una serie de portadas suyas con el título “Cover Story: Jean-Jacques Sempé’s Dancer”.

Falleció el 11 de agosto de 2022, seis días antes de cumplir noventa años, en Draguignan, Costa Azul, donde tenía su segunda residencia. En su último dibujo, publicado en el número del 4 al 10 de agosto de Paris Match, revista con la que seguía colaborando, se ve a un pintor trabajando en un paisaje bucólico con la leyenda: “Piensa en no olvidarme”.

Entre las múltiples condolencias aparecidas en las redes sociales, la de Joann Sfar, autor de “El gato del rabino” (https://gatosyrespeto.org/2014/07/04/el-gato-del-rabino-y-joann-sfar/), nos parece la mejor: “Sempé ha muerto. Por primera vez tengo la certeza de que hay un dios en el cielo”.

Joann Sfar

Dedicamos esta entrada a nuestra amiga Cringuta Pinzaru, gran directora de fotografía, y a su hijo Ilias.

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