El 11 de febrero de 2023 se inauguró en Miami, Florida, el Paseo de Perros y Gatos, ubicado en el Parque Maurice A. Ferré del Distrito Centro. La visita es gratuita desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche. El paseo contiene un total de 52 estatuas, de las que 26 son de gatos y las otras 26 de perros, realizadas por artistas locales.
Según la página oficial del parque está “enclavado en un maravilloso jardín poblado de flores perennes, hibiscos, palmeras y otras plantas originarias del sur de Florida. La extensión de cuatro mil metros cuadrados, cuidadosamente planeada por el director artístico Miguel Ferro, ofrece al visitante la oportunidad de apreciar y conectar con el arte y la naturaleza mientras pasea por un exuberante entorno que le conducirá hasta una vista espectacular de la bahía Vizcaína”.
Siguen explicando que el Paseo ofrece un compone interactivo a través de un código QR colocado en cada estatua para que el visitante pueda escanearlo y saber más acerca de la raza del animal representado, el artista y qué le inspiró para realizar el gato o el perro. Y añaden: “Esta moderna exposición no solo se ha diseñado con el objetivo de mostrar a niños y adultos las diversas razas de gatos y perros, sino también para que todos nos demos cuenta de que debemos respetar y proteger a los animales”.
El coste total del proyecto fue de 896.000 dólares, y por lo que hemos podido leer en varios artículos no ha sido del gusto de todos. Hace cosa de dos años, a Joe Carollo, concejal del Distrito 3 de la Ciudad de Miami, y a su esposa Marjorie se les ocurrió el Paseo de los Perros y Gatos después de que ella viera – cómo no – un vídeo sobre “El gato del río y sus novias” en Cali, Colombia. (https://gatosyrespeto.org/2020/03/12/el-gato-del-rio-y-hernando-tejada/).
Convencido de que una exposición semejante podría ser una potente atracción turística, el concejal habló del proyecto al Bayfront Park Management and Trust (Comité para la Gestión del Parque Bayfront). Estas fueron sus palabras: “Creo que las estatuas atraerán a muchos turistas. Ya veo a cientos de personas visitando el arte del paseo. Miami será conocida por sus perros y gatos”.
Pero como hemos dicho antes, no todo el mundo estuvo de acuerdo. Cristina Palomo, miembro del Comité, presentó su dimisión después de oponerse frontalmente. Según ella, Joe Carollo impuso su voluntad y consiguió que el proyecto se aprobara en un tiempo récord, saltándose el procedimiento habitual, sin consultar con asesores artísticos y sin organizar un concurso en condiciones.
En su carta de dimisión, Cristina Palomo acusó al Comité de proceder de “un modo disfuncional y poco transparente”. Añadió que “un proyecto aprobado a marchas forzadas obtuvo prioridad sobre elementos esenciales para el parque”. Y también que “hubiéramos debido buscar la colaboración de nuestros vecinos, los museos que lindan con el parque. El Museo Pérez, sobre todo, habría podido aportar valiosas ideas en cuanto a una instalación de semejante magnitud”.
Ya se sabe que es difícil satisfacer a todo el mundo, pero sinceramente, sin ir a Miami a verlo, no nos parece tan mal. El Museo Pérez está dedicado al arte moderno, y el otro museo pegado al parque es el Museo de Ciencias Philip y Patricia Frost. El director del Museo de Arte Pérez, Franklin Sirmans, tampoco está de acuerdo con el Paseo y no se ha callado en sus críticas. Algunas personas han tachado a la colección de kitsch, de chillona y de mal gusto, y habrían preferido una instalación con obras de arte de reconocidos artistas, lo que habría costado muchísimo más dinero y requerido más tiempo.
Un presupuesto de 896.000 dólares tampoco nos parece desaforado para la adecuación de un parque y la instalación de 56 estatuas diseñadas por 50 artistas escogidos por el Comité y supervisados por la empresa Art and Sculpture Limited Inc. Sobre todo después de que el alcalde de la ciudad dijera durante la inauguración que la restauración de una fuente en otra zona del parque costaría cinco millones de dólares.
Cada una de las esculturas representa un barrio o una comunidad de Miami. Por ejemplo, Dickson, el gato de Haití, tiene pintado en el costado un pueblecito de Haití. Cada escultura lleva el nombre del artista, el del animal y su raza, y el de la calle o barrio a los que representa.
Una de las condiciones impuesta por el Comité era que los artistas escogidos debían ser personas afincadas en Miami o alrededores. Una vez seleccionados, se organizaron talleres para que se familiarizaran con los materiales especiales – resistentes a la intemperie – requeridos para la fabricación de las estatuas. A partir de estos talleres, varios decidieron formar un grupo y han expuesto sus obras conjuntamente en Atlanta.
La coordinadora Daiana Rocha explica que más de setecientos artistas, entre profesionales y amateurs, presentaron diseños, de los que se seleccionaron cincuenta y seis. No dudamos ni un momento que la mayoría de los artistas que escogieron realizar una estatua felina tienen gatos.
El Paseo de Perros y Gatos es una idea divertida, sin grandes pretensiones, que puede atraer a toda la familia y que no impide que se visite cualquiera de los otros dos museos. También ha servido para remozar un parque que, al parecer, se encontraba en un estado de semiabandono. Y no todo lo “artístico” debe de ser complicado; a veces, algo desenfadado como este paseo también puede serlo.
Dedicamos esta entrada a Cayetana y Carlota, dos queridas amigas y amantes de los gatos.